Las Fallas: equinoccio de Primavera

En valenciano medieval, la palabra falla  servía para nombrar las antorchas que se colocaban en lo alto de las torres de vigilancia. Su origen, más antiguo puede ser el del culto al fuego,  un ritual de tradición pagana. Estas manifestaciones en algunos casos han sido heredadas de pueblos tan antiguos como los celtas, y han llegado a nuestros días.

Se hace referencia a este término para referirse a las hogueras y luminarias que se encendían en vísperas de fiestas extraordinarias y patronales. La  Iglesia, ante la imposibilidad de suprimir estas populares tradiciones en muchos lugares de España, decidió absorberlas y dedicarlas a los santos. De esta manera, las hogueras del solsticio de verano se relacionan con San Juan y las del equinoccio de primavera con San José, como ocurre con otras festividades como San Antón, las hogueras de San Miguel o la Navidad. En diversos puntos de la geografía española, también se queman hogueras en víspera de estas fiestas.

De Parot a Ninot

Es una costumbre muy antigua de Valencia, seguida por los árabes o quizá por pobladores de la ciudad anteriores a ellos. Las tropas del rey Jaime llevaban fallas (antorchas) para iluminarse, tanto para alumbrar el camino, como para las tiendas de campaña. También se utilizaban las antorchas para alumbrar las fiestas. Según esta teoría, las Fallas son una evolución de este arcaico ritual que anuncia la entrada de la primavera, cuando los días comienzan a ser más largos.

Ya en la Edad Media los carpinteros, para alumbrarse en las últimas horas de la jornada,  sin sol, utilizaban unos candiles que sostenían en un palo a modo de candelabro llamado estai, astai, pagés o parot, que lo situaban en el centro del taller.

Era tradición que para celebrar el patrón del Gremio y el final de las oscuras veladas de invierno trabajando, con la entrada de la primavera, se sacara el parot a la puerta del taller y se quemaran las virutas, retales,  muebles y trastos  viejos, que llevarían a las plazas de los barrios y así  limpiaban de paso sus talleres. Durante varios días se encargaban de apilarlos y en honor de su festividad los quemaban en enormes piras que ardían hasta la madrugada convirtiéndose en una gran fiesta popular, recibiendo esta práctica ritual el nombre de «cremà».

Origen Fallas

Con el tiempo, se añadieron más trastos a la hoguera, e incluso se vistió con ropas al parot para que se pareciera a una persona a la que se quisiera criticar, en la línea de la sátira valenciana que ha existido siempre. Con el tiempo, a esta primitiva figura se le añadieron más elementos que conformaron una pequeña escena. De esta manera, y siempre según esta hipótesis, apareció el primer ninot. Con el paso de los años estas fiestas vecinales fueron tomando forma y en el siglo XVIII comenzaron a decorar los montones de madera con muñecos de cartón y cera ataviados con ropajes antiguos.

La documentación más antigua sobre las Fallas data de 1740. Se sabe que era muy típico en la Valencia del siglo XIX colgar monigotes grotescos en ventanas y balcones, siendo Carnavales o en jueves de Cuaresma (es decir, cerca de San José), y es fácil suponer que con el tiempo se pasó a poner más figuras, en construir un monigote representando a un personaje no grato, colgarlo con cuerdas o en un poste, y posteriormente quemarlo entre el tercer día de Cuaresma y el Sábado de Gloria. El muñeco podría tomar diversos nombres: Judas, Mahoma, Carnaval, Pablo, etc. Puede ser que las Fallas deriven de este pelele satírico que se tira a una hoguera. El origen de este festejo es anterior al Cristianismo, y esta costumbre pagana se mantendrá todavía en algunos pueblos de España.

 

Primeras Fallas

Los vecinos no dejaron escapar esta oportunidad para utilizar los muñecos como objetos de burla y crítica hacia la sociedad del momento, tradición que aún se conserva. Poco a poco dejaba de ser un montón de trastos viejos para pasar a convertirse en algo más elaborado: una tarima de madera que tenía encima diversas figuras o ninots, vestidos con ropa real y máscaras de cartón, los cuales simulaban una escena teatral de contenido generalmente satírico. Sin embargo, al tratarse de una forma crítica, las autoridades municipales decidieron  que los bocetos de los monumentos deberían pasar una censura previa, la cual sólo dejó de existir entre 1868 a 1870. En esta segunda mitad del siglo XIX se hizo muy habitual la llamada “falla erótica”, que hacía sátira sobre el matrimonio, los cortejos entre hombres y mujeres o las relaciones sexuales; sin embargo, también podían encontrarse monumentos con crítica política, apologéticos y humorísticos.

Llibret de Baldoví

Por otro lado, también empezaron a publicarse los llibrets, panfletos que explicaban las fallas y que vendían los niños por las calles, siendo el primero el que explicaba la falla de “la plaza del Almudín” escrito por Josep Bernat i Baldoví.

Aunque las fiestas de los mayores eran las más espectaculares, los niños también quisieron hacerse partícipes de estas chanzas y comenzaron a construir sus propias piras de madera, lógicamente mucho más pequeñas y con motivos infantiles.

Motivó a los falleros a crear cada vez, fallas mejores estéticamente y por tanto a buscar buenos artistas que las realizasen. De rebote se creó el embrión de la nueva profesión de artista fallero, ya que algunos de esos profesionales (en su mayoría escultores, pintores y carpinteros) acabarían dedicándose exclusivamente a realizar fallas.

De esta manera, se había iniciado el camino para convertir las Fallas en un atractivo turístico. En 1927 llega el primer tren fallero a Valencia, se elige a la primera fallera mayor,  después se organizarán los primeros actos oficiales de una semana fallera, más tarde se votará al primer ninot indultat, para crear un museo de folklore que al final es hoy el Museo Fallero.

La Guerra Civil Española  supuso un paréntesis obligado a la fiesta, aunque se plantaron algunas fallas de contenido propagandístico por parte de ambos bandos.

Recién finalizada la contienda, el Ayuntamiento de Valencia crea la Junta Central Fallera, con el primer Reglamento Fallero, también la sección especial, máxima categoría de concurso para los monumentos, y posteriormente se oficializó la Ofrenda de Flores a la Virgen de los Desamparados. Poco a poco se va configurando la fiesta tal y como la conocemos hoy en día.

Uno de los principales elementos de las fiestas son los espectáculos pirotécnicos, ya que desde que la pólvora y pirotecnia llegaran con los musulmanes, siempre han estado ligadas a las festividades del pueblo valenciano, «la mascletá». La música, otro factor indispensable, en las que  no sólo se escuchan bandas sino que también hay grupos de música tradicional valenciana, formados por dulzainas y tamboriles. El traje de fallera actual es el traje de fiesta que usaban las valencianas siglos atrás. Sin embargo, la vestimenta tradicional masculina es el traje de saragüell, que aparece bajo la denominación sarawilen en textos musulmanes andalusíes ya en el siglo X. Oficialmente empiezan el último domingo de febrero con el acto de la Crida «el pregón».

Las Fallas están catalogadas como fiesta de Interés Turístico Internacional. En noviembre de 2016 la Unesco las inscribió en su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Inteligencia Artificial; la inmortalidad

 

José Luis Cordeiro

José Luis Cordeiro,  profesor y asesor de la Singularity University, de Silicon Valley, una institución académica americana creada por la NASA y financiada por Google, que ha participado en el encuentro ‘Inteligencia artificial y porvenir de la especie humana’ en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander.  El venezolano (hijo de españoles), ingeniero mecánico por el MIT, MBA por Insead, licenciado en economía por la Universidad de Georgetown. Cordeiro nos adelanta que dentro de 20 años alcanzaremos la inmortalidad y nuestra forma de comunicación será telepática. Los expertos en medicina y tecnología trabajan con dos enfoques: volcar la conciencia a una inteligencia artificial (IA) y curar el envejecimiento.

Volcar la Inteligencia Artificial (IA): En los próximos veinte años vamos a ver más avances que en los dos milenios anteriores. La ciencia y la técnica están cambiando exponencialmente, porque todo lo que puede digitalizarse mejora de esta manera,  es algo que los humanos no entendemos porque estamos programados para pensar linealmente. La ley de Moore  viene a decir que la capacidad computacional se duplica cada dos años y esta capacidad superará a la del cerebro humano. Este momento se conoce como la singularidad tecnológica. A partir de entonces los ordenadores serán cada vez más inteligentes, a un ritmo infinitamente superior al lento ritmo evolutivo de nuestros cerebros. Vamos a tener ordenadores con más transistores que neuronas tiene nuestro cerebro. Y ese será el inicio de la singularidad tecnológica, “cuando la inteligencia artificial alcance a la inteligencia humana».

Neuronas

Una vez llegados a este punto será posible descargar toda la información de un ser humano, incluyendo sus conocimientos, pensamientos, recuerdos, emociones, etc… a un sistema de inteligencia artificial  IA. Los avances en neurociencia, nanotecnología y demás áreas nos permitirán, en teoría, replicar el cerebro de un humano en una máquina. Permitirá que «un cerebro humano pueda conectarse con internet». Esto es algo radical; es el fin de la edad humana. Vamos a vivir un cambio mucho más trascendental que el que vivimos al transformarnos de simios en hombres, porque aquel salto fue de un 1% de nuestro genoma, y ahora va a ver un salto muchísimo más grande. La relación entre los posthumanos y los humanos actuales será como la que nosotros tenemos con las hormigas.

Exocórtex, el cuarto cerebro

Tenemos tres cerebros, el reptiliano, el límbico y el neocórtex. Ahora vamos a crear un cuarto cerebro, un exocórtex en la nube, que va a ser distribuido y descentralizado, como lo es Internet, al que nos conectaremos sólo si queremos. La nube será un cerebro increíblemente rápido y grande. Y lo que vendrá después es el fin de la edad humana, es algo que se adentra en el campo de la ciencia ficción, porque no sabemos qué va a ocurrir con la singularidad tecnológica. Un exocórtex es un sistema de procesamiento de información externo artificial hipotético, que aumentaría los procesos cognitivos del cerebro. Estaría compuesto de módulos de memoria externos, procesadores, dispositivos IO  y sistemas de software que interactuarían, y aumentarían el cerebro biológico de una persona.

La terminología sugiere una progresión desde el pensamiento reptiliano (las partes más primitivas del cerebro), a través del humano (neocórtex), hasta capacidades de procesamiento cognitivo humano de alto nivel, o incluso supra-humano (exocórtex). La esperanza es que, en no demasiados años, los cerebros humanos y las máquinas de computación, se unirán muy estrechamente, y que la sociedad resultante pensará, como ningún cerebro humano ha pensado antes y podrá procesar la información de una manera que no ha sido abordada hasta el momento.

Vamos a ser parte de una inteligencia colectiva, en la que desapareceremos como seres humanos independientes. Y no es algo tan raro: somos los descendientes de bacterias y de organismos unicelulares que hace millones de años decidieron juntarse y crear organismos multicelulares. Nos vamos a convertir en las células de un organismo mayor, de un cerebro planetario. Nosotros hablamos del despertar del universo, y la unidad máxima del universo será el computronium. Cuando exista una inteligencia superior a la humana, ya no habrá nada que podamos hacer, antes que esta inteligencia artificial,  al menos que nos unamos a ella. Será «La última invención que haremos los humanos no modificados».

“Poder ayudar a las personas a través de la tecnología” fue el motivo principal por el que se fundó la Universidad de la Singularidad. Según Cordeiro,  “lo que ha mejorado la condición humana ha sido la tecnología” porque “hasta el siglo XVIII la condición humana era la miseria, la pobreza, el hambre y la enfermedad”.

Arthur C. Clarke formuló tres leyes relacionadas con el avance científico. La primera de ellas decía que si un científico afirma que algo es posible, seguramente esté en lo correcto; pero si dice que es imposible, probablemente esté equivocado. La segunda insistía en que la única forma de descubrir los límites de lo posible era aproximarse hacia lo imposible. Y la tercera, que toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. Era ciencia ficción, pero en ellas se apoya la singularidad tecnológica para aventurarse a realizar semejantes previsiones futuras de una realidad distópica.  «En los próximos años los humanos se fusionarán con los robots». Éstos, como en ‘El hombre bicentenario’, llegarán incluso a tener sentimientos. «Los robots heredarán la tierra». Ahora, veinte años después, Cordeiro augura que esos robots “seremos nosotros”.

Curar el Envejecimiento: Ni el sida, ni el cáncer, ni el hambre. Nada. En pocos años, ninguna enfermedad podrá acabar con la especie humana porque, según asegura, «el envejecimiento es una enfermedad curable”. Igual que se elimina un virus del ordenador. Extender la vida saludable de los ratones hasta los cinco años en la última década, es «el equivalente a 1.000 años en los humanos”.

Microsoft ha anunciado que dentro de 10 años va a curar el cáncer. Es curioso que sea una empresa de software y no una empresa biomédica la que haga este anuncio, pero en un mundo cada vez más multidisciplinar esto no nos debería sorprender tanto. Microsoft pretende crackear el código genético de las células cancerígenas y reprogramarlas. Para ello necesitarán tres cosas: una gran capacidad computacional, los mejores biólogos y los mejores programadores.

La muerte se convertirá en una opción. El ser humano va a decidir si quiere morirse o no. Y con un gran estado físico, porque, por muchos años que se tenga, seguirá como a los 20. La edad se va a controlar biológicamente, se podrá rejuvenecer. La tecnología, cuando se masifica, se vuelve barata y buena. Con el control del envejecimiento va a ocurrir igual, porque va a ser muy caro al inicio y luego irá siendo mucho más económico.  Vamos a poder procesar en un segundo toda nuestra vida, lo cual ahora se nos hace algo incomprensible.

La prueba de que curar el envejecimiento es posible, explica, es que «ya existen células que no envejecen en la naturaleza», como las germinales, las cancerígenas o algunas bacterias.

C.elegans

C.elegans,es una excelente elección para estudiar el envejecimiento debido a su corta vida media, la facilidad para inducir estrés oxidativo y los parecidos con el proceso del envejecimiento humano. Es un gusano diminuto del suelo que desde hace más de 40 años también vive entre las paredes del laboratorio. En las últimas décadas, ha alcanzado el prestigio de organismos de mayor tradición de estudio, como la mosca del vinagre o el ratón. Ha sido utilizado para estudiar la genética del desarrollo y el sistema nervioso. Últimamente, también está haciendo aportaciones en el conocimiento de las causas del envejecimiento, de la muerte celular y de la estructura del genoma.

La medusa inmortal, Turritopsis nutricula,  su característica fundamental, es que su ciclo vital no se cierra con la muerte de las medusas adultas, sino que éstas son capaces de volver de nuevo a la etapa de pólipo colonial. Ese bucle vital podría repetirse indefinidamente, por lo que nos encontraríamos ante el primer caso conocido de un ser vivo pluricelular biológicamente inmortal.

Las células cancerígenas son, de alguna manera inmortales, pues lo que hacen es reproducirse, siempre que tengan comida, sin control obviando el proceso de apoptosis, o muerte celular programada. Una vez entendamos bien este proceso cancerígeno, curar la inmortalidad será algo bastante directo. Raúl Rojas, experto mundial en IA, prevé que en 20 años el envejecimiento estará resuelto. Es la prueba de que el envejecimiento no es algo irremediable. Cordeiro afirma que la inmortalidad se «vivirá como jóvenes», ya que al igual que ocurre con las células madre, «que nunca envejecen», se podrá hacer lo mismo con todo el cuerpo; o en la demostración de que células como las germinales, las cancerígenas o las bacterias «no envejecen». Esto demostraría que «la vida nació para vivir y no para morir».

El profesor no concibe que esta situación pueda provocar una «barbarie» demográfica, sino que serán los propios avances tecnológicos y científicos los que se encargarán de «solucionarlo».

Afortunadamente, esto permitiría a los humanos en un futuro próximo «diseñar» a nuestros descendientes a nuestro gusto y evitar según qué trastornos.

Como ya no seremos viejos, ya no tendremos que jubilarnos. Pero eso no significa que tengamos que ganarnos la vida siempre. El trabajo es una maldición, un castigo divino. En el futuro la gente hará lo que quiera… En el último Foro de Davos se planteó la creación de un salario mínimo garantizado, porque el trabajo lo van a hacer las máquinas, y nosotros podremos dedicarnos a actividades creativas e innovadoras, o a viajar, pero no sólo a la playa, sino a la Luna, a Marte, o a donde queramos.

Podremos curar todos los problemas del hambre y de la pobreza. La economía cambiará, será una nueva sociedad.

Estos cambios tendrán grandes implicaciones en las creencias, porque la religión no tendrá ningún rol en el futuro. Las grandes religiones nacieron para explicar la muerte, las occidentales mediante la resurrección, las orientales mediante la reencarnación. Pero nosotros vamos a curar el envejecimiento y la muerte, porque son enfermedades, y por lo tanto, eliminables. La muerte tampoco lo es, y eso se convertirá en el gran problema para la supervivencia de las religiones.

En Venezuela tenemos a un pueblo indígena, los yanomami, que no quieren hablar español, que no quieren vestirse y que se niegan a utilizar la tecnología. En EEUU tienen a los amish, que también rehúsan la tecnología, pero estos son un poco más idiotas, porque hasta el siglo XVIII la utilizaban. En el futuro habrá grupos humanos a los que les ocurrirá lo mismo y se negarán a avanzar, en general por cuestiones religiosas. En estos casos no hay nada que hacer, el que quiera quedarse atrás se quedará atrás. El resto evolucionará tecnológicamente, porque el ser humano no es el fin de la evolución, es el inicio de la evolución consciente, el inicio de la evolución por diseño.

Ruy Kurzweil

Por supuesto esta idea de la singularidad es muy polémica. Entre sus más acérrimos defensores tenemos al futurista Ray Kurzweil, científico estadounidense y director de ingeniería de Google, que ha cambiado su estilo de vida para intentar vivir lo suficiente, para poder llegar al  momento en el que la IA  supere la inteligencia humana y por lo tanto ser inmortal.

Entre sus detractores tenemos al famoso físico Stephen Hawking, que piensa que la IA puede ser el peor error de la humanidad y que podría significar el fin de la raza humana. Algo así como cuando Skynet  toma el control en Terminator, o como cuando Matrix gana la guerra contra los humanos.

En los próximos años, el ciclo de la vida continuará su curso y la gente seguirá muriendo. Por eso la solución temporal que da el profesor para lograr la «eterna juventud» es «congelar» a quien quiera volver a ser joven para «despertarlo de nuevo en el 2045». “Morir no está en mis planes”, afirma.

Clara Campoamor decía: «o estudiar, o dedal»

La mujer que consiguió la igualdad en la educación universitaria, en el trabajo, en la formación política y en la participación del voto femenino.

Solteras, casadas, viudas y monjas: logró que España se convirtiera, en 1931, en el cuarto país de Europa en reconocer el derecho de las mujeres a votar.

Clara Campoamor

Trabajar y estudiarClara Campoamor Rodríguez nació en Madrid 1880. Hija de un contable de un periódico, Manuel Campoamor, y una costurera, María Pilar Rodríguez. El matrimonio tuvo otros dos hijos, de los que sobrevivió Ignacio, que llegó a ocupar puestos de responsabilidad política durante la II República. Clara no pudo estudiar de jovencita como habría querido. Con diez años de edad, la muerte de su padre llevó a Clara a dejar sus  estudios para colaborar en la economía familiar. Trabajó como: modista, dependienta de comercio y telefonista, y como opositora consiguió plaza como auxiliar femenino de Telégrafos  en el Ministerio de la Gobernación. Más tarde consiguió el primer puesto por oposición en el Ministerio de Instrucción Pública, como profesora especial de taquigrafía y mecanografía en las Escuelas de Adultas.

Durante los años siguientes alternó este trabajo con los de traductora de francés, auxiliar mecanógrafa en el Servicio de Construcciones Civiles del propio Ministerio, y secretaria de Salvador Cánovas Cervantes, director del periódico conservador, maurista, La Tribuna, trabajo que le llevó a interesarse por la política.

Victoria Kent

Conseguir ser abogada: Compaginando estos trabajos con los de secretaria en distintos periódicos, pudo ahorrar el dinero suficiente como para iniciar sus estudios de bachillerato. Tenía entonces 33 años. Tres años después se había licenciado en derecho. Mientras tanto, había ido participando en algunas asociaciones e impartiendo varias conferencias. Con 36 años, se convirtió en una de las pocas abogadas españolas de la época, y pasó a ejercer su profesión, cosa que otras mujeres abogadas no lo hacían. En 1925 se convirtió en la segunda mujer en incorporarse al Colegio de Abogados de Madrid, un mes después que Victoria Kent.

Diputada por las Cortes: Perteneció, a la Agrupación Liberal Socialista, grupo republicano y enemigo del régimen de Primo de Rivera, que desapareció poco tiempo después. Nunca logró su ideal estratégico: la unión de todos los republicanos en un gran partido de centro. Pero su gran oportunidad llegó de la mano de la II República Española. En 1931 se modificaba la ley electoral y permitía a las mujeres mayores de 23 años poder ser elegidas en el Parlamento. Clara Campoamor, junto a Victoria Kent y Margarita Nelken, fueron las tres únicas mujeres que consiguen su escaño.

Margarita Nelken

Tras proclamarse la Segunda República, Clara Campoamor fue elegida diputada por la circunscripción de la ciudad de Madrid. Durante el periodo de las Cortes Constituyentes formó parte del equipo que elaboró el proyecto de la Constitución de la nueva República. En dicho organismo luchó por establecer la no discriminación por razón de sexo, la igualdad jurídica de los hijos e hijas habidos dentro y fuera del matrimonio, el divorcio y el sufragio universal, a menudo llamado “voto femenino”. Consiguió todo, excepto lo relativo al voto, que tuvo que debatirse en las Cortes de España. La izquierda, con la excepción de un grupo de socialistas y algunos republicanos, no querían que la mujer votase porque se suponía que las mujeres, influidas por la Iglesia, votarían a favor de la derecha.

No estaban muy equivocados. Por ello, el Partido Radical Socialista enfrentó a Clara con otra reconocida diputada, Victoria Kent, contraria al voto de las mujeres.

El voto femenino: Uno de los temas que se debatió con gran intensidad en aquel parlamento republicano, fue el derecho al voto de la mujer. Lo curioso fue que el enfrentamiento más vehemente lo protagonizaron dos diputadas. Mientras Clara defendía que la mujer, como el hombre, debía de tener pleno derecho a votar, fuera cual fuera su tendencia política, Victoria aseguraba que el sufragio femenino supondría una amplia derrota de la izquierda, pues estaba convencida de que las mujeres defenderían mayoritariamente las ideas de derechas. Ni ella ni Victoria Kent  consiguieron renovar sus escaños en las siguientes elecciones.

Un largo exilio: Cuando en 1936 estallaba la Guerra Civil Española, el exilio fue el camino de muchos, entre ellos, el de Clara. Ella permanece en el Madrid miliciano. Observa el terror, las checas, los fusilamientos. Lo escribirá todo meses más tarde. Deja Madrid, rumbo a Alicante. Consigue embarcarse en un barco de bandera alemana rumbo a Italia, con la intención de pasar a Suiza. Varios falangistas planean asesinarla durante el viaje. La denuncian a las autoridades fascistas y Clara es retenida unas horas en Génova. Luego puede proseguir su viaje. Se acomoda en Lausanne, allí empieza a escribir su trabajo más interesante: “La revolución española vista por una republicana” donde recoge su impresión de los sucesos acaecidos en Madrid entre julio y agosto de 1936.

Después marcha a Buenos Aires, (donde vivirá una década),  se gana la vida traduciendo, dando conferencias y escribiendo biografías, frecuenta a otros ilustres exiliados, como Niceto Alcalá-Zamora. Consigue trabajar de tapadillo como abogada (en un bufete). Buscó en varias ocasiones la manera de volver a su patria, pero desistió al conocer la noticia de que estaba procesada por su pertenencia a una logia masónica.

Pilar Lois

Clara Campoamor terminó sus días en Lausanne, donde trabajó en un despacho de abogados hasta que perdió la vista. Allí murió de cáncer en 1972. Tenía 84 años. Sus restos mortales fueron trasladados años después de su muerte al cementerio de Polloe en San Sebastián (Guipúzcoa), y se conservan en el panteón de la familia Monsó Riu por ser Clara madrina de la familia. Ambas familias, Lois y Campoamor, mantenían una excelente relación. Vivieron los primeros años de su vida en el barrio de Malasaña en Madrid, donde nació Pilar Lois, de familia acomodada. Cuando nació, Clara se convertiría en su madrina y esta amistad se mantendría en el tiempo. Siempre la decía: “O estudiar, o dedal”. Pilar Lois fue la primera mujer doctora colegiada de Guipúzcoa.

Su vida y su legado ha sido desde entonces recordado como el de una mujer valiente y luchadora que no dudó en dedicar todos sus esfuerzos en defender la causa en la que ella creía fervientemente.

La estrella de Hollywood que inventó el wifi

El  9 de noviembre, se celebra en honor de Hedy Lamarr, el día de su nacimiento, el Día del Inventor. Una estrella del Hollywood clásico, que fue la inventora del espectro ensanchado por salto de frecuencia que se utiliza en los GPS, en el Bluetooth y en las conexiones WiFi.

Hedy Lamarr

Hedwig Eva Maria Kiesler  (1913-2000), nació en Viena, fue hija única, de ascendencia judía. Su madre, Gertrud Lichtwitz, era pianista, nacida en Budapest, convertida al catolicismo y su padre, Emil, era banquero, nacido en Leópolis, Ucrania. Desde pequeña destacó por su inteligencia y fue considerada por sus profesores como superdotada. Empezó sus estudios de ingeniería a los 16 años, pero tres años más tarde,  abandonó la ingeniería atraída por su vena artística, y empezó en el teatro berlinés como alumna del director Max Reinhardt. Así, inició su carrera cinematográfica, y pronto sería mundialmente famosa por la secuencia de la película Éxtasis, en la que aparecía completamente desnuda. Por dicha escena se la conocería como la primera mujer en la historia del cine que apareciese totalmente desnuda en una película comercial. E incluso el Papa Pio XII previno sobre su visionado: «Peligrosamente inmoral«.

Su padre acordó casarla en contra de su voluntad con Fritz Mandl, con tan solo 18 años. El controvertido film llegó a ojos del alemán, también judío que se quedó obsesionado por su belleza. Era 15 años  mayor que ella y uno de los hombres más ricos de Alemania gracias a su fábrica siderúrgica, con la que nutría de armamento a los nazis. Lamarr recordaría en sus memorias,  cómo el mismísimo Führer y Mussolini acudían a las fastuosas fiestas de su marido,  exhibiéndola como un trofeo, pese a su sangre judía.

 

Fritz Mandl

Su marido, Mandl, no sólo la retiró del cine, sino que prácticamente la secuestró de la vida pública.  Muy celoso, la obligaba a acompañarle en todas las cenas y viajes de negocios. Fue encerrada en casa y sometida a un estricto control. Hedy tuvo que abandonar su incipiente carrera cinematográfica, y cualquier otro tipo de actividad que no fuera la de simple comparsa de Mandl. Según escribió más tarde, no le estaba permitido ni bañarse ni desnudarse si él no estaba presente. De hecho, su marido intentó quemar todas las copias de la película,  (Extasis), algo que no consiguió, ya que el propio Mussolini tenía una copia personal que nunca le entregó. Hedy recordaría aquella época como de auténtica esclavitud. Su actividad artística, por supuesto, se interrumpió abruptamente. Durante su cautiverio, la actriz tuvo tiempo para retomar sus estudios de ingeniería. El negocio de su marido  le permitió introducirse en el mundo armamentístico. Pero el principal objetivo de la actriz era zafarse de los guardaespaldas que la custodiaban y huir de la jaula de oro de su esposo. Lo logró de una forma rocambolesca. Contrató a una sirvienta con un parecido físico notable a ella, la administró un somnífero y huyó disfrazada de ella, llevándose todas las joyas que cabían en los bolsillos del abrigo. Perseguida por los guardaespaldas de su marido, consiguió huir en tren a París disfrazada de criada y logró llegar a su destino Londres. Una vez allí vendió sus joyas y conoció, por casualidad, a uno de los magnates de Hollywood, Louis B. Mayer, el presidente de la Metro Goldwyn-Mayer. Ambos embarcaron juntos dirección a los Estados Unidos. Al llegar a tierra, ya tenía un contrato de siete años en Hollywood como actriz, y un nuevo nombre: Hedy Lamarr.

Como buena estrella de Hollywood, se olvidó pronto de su celoso ex esposo y empezó a coleccionar exmaridos. «Tengo que dejar de casarme con hombres que se sienten inferiores a mí», diría en una ocasión.

Entre 1940 y 1949 llegó a grabar hasta 18 películas. “Cualquier chica puede ser glamurosa. Lo único que tienes que hacer es quedarte quieta y parecer estúpida”. Pero su trabajo como actriz la aburrió rápidamente. Por eso, decidió desarrollar su interés por las ciencias aplicadas, lo que, combinado con su repudio por el régimen nazi, produjo su mayor provecho. Odiaba las fiestas y nunca bebía. “Su principal hobby era inventar«.

Lamarr, conocedora de los horrores del régimen nazi a través de su marido Mandl, próximo al fascismo y por su condición de judía, ofreció al gobierno de los Estados Unidos toda la información confidencial de la que disponía. Además, consideraba que su inteligencia podía contribuir a la victoria aliada. Así, que se puso a trabajar para la consecución de nuevas tecnologías militares. Hedy sabía que los gobiernos se resistían a la fabricación de un misil teledirigido, por miedo a que las señales de control fueran interceptadas o interferidas fácilmente por el enemigo, y que pudieran inutilizar el invento o, incluso, usarlo en su contra. Su idea era que, tanto el transmisor como el receptor saltaran simultáneamente de frecuencia a frecuencia, de esta manera cualquiera que intentase interrumpir la señal, no sabría dónde podría localizarse.

George Antheil

Ya, con el título de ingeniera en Telecomunicaciones, conoció a quien sería su principal apoyo en la creación de un sistema secreto de comunicaciones. Conoció al compositor y pianista George Antheil, un pionero de la música mecanizada y la sincronización automática de instrumentos. Juntos pensaron en aplicar el principio de la pianola, a los torpedos dirigidos por radio; es decir, emplear rollos de papel perforado para que la frecuencia de la comunicación fuera saltando entre 88 valores distintos (el número de teclas del piano), según una secuencia que solo podrían conocer quienes tuvieran una clave. En 1942 inscribió la patente de un método de comunicación secreto que buscaba evitar la detección de torpedos enviados por las tropas aliadas. Sin embargo, el sistema de Antheil y Lamarr no fue explotado de inmediato. Registraron la patente y se la ofrecieron de forma gratuita al Ejército de los Estados Unidos, quienes no la utilizaron por miedo a que fuera detectada por el enemigo, pero la guardaron y la mantuvieron en secreto. Mientras, el régimen nazi continuaba su avance por Europa, y Lamarr, impotente, de nuevo ofreció su colaboración y su inteligencia al Gobierno estadounidense para el desarrollo de investigaciones científicas en busca de avances armamentísticos.

El hecho de que sus patentes fueran concedidas con el nombre de casada y no por el nombre artístico impidió que su contribución recibiera el debido reconocimiento en su momento. “Posiblemente el invento fue aparcado porque se consideraba a Lamarr la chica más guapa del mundo y debemos tener en cuenta que en esa época nadie tomaba en serio a una mujer bella en cuestiones intelectuales”. Aunque su belleza se impuso a su ingenio y para lo que si que el Gobierno la demandó, fue para utilizar su imagen de pósteres propagandísticos y para ayudar en la venta de bonos de guerra. Aquel que comprara 25.000 dólares conseguiría un beso de la actriz: Lamarr logró vender en una sola noche, siete millones de dólares en bonos de guerra. La tecnología patentada por Lamarr y Antheil ha demostrado ser la solución esencial para la comunicación secreta vía radio y para compartir el número de canales de radio ocupados. Hizo posible la transmisión de señales, sin poder ser interferidas y Estados Unidos lo utilizó por primera vez durante la crisis de Cuba, después como base para el desarrollo de las técnicas de defensa antimisiles hasta que, en la década de 1980, el sistema de espectro expandido vio sus primeras aportaciones en la ingeniería civil.

Casa de Hedy

Lamarr desarrolló también otros inventos: una versión mejorada de los semáforos y una pastilla para crear una bebida gaseosa. Alejada de la industria, Hedy Lamarr pasó apuros económicos y fue testigo de la subasta de todos los bienes de su casa de Beverly Hills. En 1966 fue acusada de robo en un supermercado y aunque finalmente quedó absuelta, este hecho le perjudicó mucho. Acabó renegando de su país de acogida y volvió a Austria. De hecho, la mansión de los Von Trapp en la película “Sonrisas y lágrimas”, pertenecía por entonces a la actriz. La fábrica de los sueños no era un lugar del que guardase un buen recuerdo: «La escalera del éxito de Hollywood suele empezar por un agente, un actor, un director y un productor. Y tú te conviertes en estrella si te acuestas con ellos en este orden. Crudo pero cierto».

Sin embargo, la faceta como científica e inventora tardaría en verse reconocida. En 1998 la Electronic Frontier Foundation concedió a Hedy Lamarr y George Antheil el Premio Pionero reconociendo su contribución fundamental en el desarrollo de las comunicaciones basadas en ordenadores. George Antheil murió sin conocer su aportación a la tecnología ni ver su reconocimiento y Hedy Lamarr rehusó a ir a recoger aquel premio. Murió dos años después en Florida. Su hijo  trasladó sus cenizas a Viena, de acuerdo con los deseos de la actriz. Murió como una pensionista más en Florida. Su afición al bisturí desfiguró el rostro que había conmocionado a toda Europa en los años 30.

Su idea, mantenida en secreto por el ejército durante tiempo, acabó convirtiéndola en la precursora de la tecnología que se utiliza hoy en día en las comunicaciones inalámbricas de los teléfonos móviles, los sistemas GPS y la tecnología wifi. La mujeres guapas, no tienen por qué ser tontas.

 

El Ajedrecista, el primer videojuego de Torres Quevedo

Leonardo Torres quevedo

El primer videojuego, el primer computador, el primer robot autómata, el primer mando a distancia. Leonardo Torres Quevedo fue  el pionero de todos estos inventos. Nació en Santa Cruz de Iguña Cantabria, 1852, y murió en Madrid, 1936. Fue Ingeniero de Caminos, e inventor español de finales del XIX y principios del XX. El primer mando a distancia, lo presentó en la Academia de Ciencias de París, acompañado de una memoria y haciendo una demostración experimental. En ese mismo año obtuvo la patente en Francia, España, Gran Bretaña y Estados Unidos. En principio lo construyó para su automóvilEl telekino era un autómata que ejecutaba órdenes transmitidas mediante ondas hertzianas (radiocontrol). Constituyó el primer aparato de radiodirección del mundo. En presencia de Alfonso XIII y ante una gran multitud, demostró con éxito el invento en el puerto de Bilbao al guiar un bote desde la orilla; más tarde lo intentaría aplicar a proyectiles y torpedos.

El Ajedrecista

En el terreno práctico, construyó toda una serie de máquinas analógicas de cálculo, todas ellas de tipo mecánico. Una de ellas es El Ajedrecista, considerado el primer videojuego de la historia. En estas máquinas existen ciertos elementos, denominados  aritmóforos, que están constituidos por un móvil y un índice que permite leer la cantidad representada para cada posición del mismo. El móvil, es un disco o un tambor graduado que gira en torno a su eje. Los desplazamientos angulares son proporcionales a los logaritmos de las magnitudes a representar. Utilizando una diversidad de elementos de este tipo, pone a punto una máquina para resolver ecuaciones algebraicas: resolución de una ecuación de ocho términos, obteniendo sus raíces, incluso las complejas, con una precisión de milésimas.

Telekino

El aritmómetro electromecánico, el primer computador. En estos Ensayos sobre automática, Torres desarrolla la teoría de lo que posteriormente será su aritmómetro: una máquina electromecánica capaz de realizar cálculos de forma autónoma con un dispositivo de entrada de comandos (parecida a una máquina de escribir), una unidad de procesamiento y registros de valores (un sistema de listones, poleas, agujas, escobillas, electroimanes y conmutadores), y un dispositivo de salida (de nuevo una máquina de escribir). Es en definitiva lo que le debería consagrar internacionalmente como el inventor del primer ordenador en el sentido actual de la historia.

Con el desarrollo del Telekino, Torres Quevedo llegó a la conclusión de que con él no sólo había fabricado el primer control remoto de la historia, sino que esta máquina, era en sí un autómata, es decir, una máquina que podía funcionar de forma autónoma ejecutando acciones respondiendo a órdenes en función de ciertas circunstancias de su entorno.

Dirigible

También se le atribuye la construcción del primer dirigible «el España«. A raíz de este hecho empieza a colaborar con la empresa francesa Astra, que llegó a comprarle la patente con una cesión de derechos extendida a todos los países, con excepción de España, para posibilitar la construcción del dirigible en el país. Así, se inicia la fabricación de los dirigibles conocidos como Astra-Torres. Algunos ejemplares fueron adquiridos también por los ingleses y utilizados durante la I Guerra Mundial. La experimentación en el área de transbordadores, funiculares o teleféricos, comenzó muy pronto durante su residencia en su pueblo natal, Molledo. Allí, construyó  el primer transbordador, al que llamó «transbordador de Portolín».  Tuvo que utilizar para salvar un desnivel, una pareja de vacas (como tracción animal)  y una silla a modo de barquilla. Posteriormente construyó el denominado transbordador del río León, de mayor envergadura, ya con motor, pero utilizado exclusivamente para transporte de materiales, no de personas.

Transbordador del Niágara

Más adelante, construyó el primer transbordador apto para el transporte público de personas, en el Monte Ulía en San Sebastián. El problema de la seguridad lo había solucionado mediante un ingenioso sistema múltiple de cables-soporte, liberando los anclajes de un extremo que sustituye por contrapesos. El diseño resultante era de gran robustez y resistía perfectamente la ruptura de uno de los cables de soporte. La ejecución del proyecto corrió a cargo de la Sociedad de Estudios y Obras de Ingeniería de Bilbao, que construyó con éxito otros transbordadores en: Chamonix, Río de Janeiro, etcétera. Pero sin duda es el Spanish Aerocar en las cataratas del Niágara, en Canadá, el que le ha dado mayor fama. Una placa de bronce, situada sobre un monolito a la entrada de la estación de acceso, recuerda este hecho: «Transbordador aéreo español del Niágara. Leonardo Torres Quevedo». El transbordador, salvo pequeñas modificaciones, sigue en activo al día de hoy, con ningún accidente digno de mención, constituyendo un atractivo turístico y cinematográfico de gran popularidad. 

Se le atribuyen otras muchas patentes sobre las  máquinas de escribir,  paginación marginal de los manuales, las del puntero proyectable, hoy conocido como puntero láser y el proyector didáctico que mejoraba la forma en la que las diapositivas se colocaban sobre las placas de vidrio para proyectarlas.

Torres Quevedo se adelanta varias décadas a los teóricos de las Ciencias de la Computación no solo con con sus inventos, sino con su planteamiento filosófico acerca de la robótica: ¿pueden las máquinas desempeñar tareas propias de los humanos?  En su obra, sienta las bases de lo que más adelante se llamaría inteligencia artificial y describe cómo las máquinas pueden ser construidas para desempeñar más tareas, que únicamente aquellas para las que no es necesario “pensar”. La afirmación de Descartes de que un autómata jamás sería capaz de mantener un diálogo razonable, es ya discutida por Torres Quevedo al afirmar que: «No hay entre los dos casos la diferencia que veía Descartes. Pienso sin duda que el autómata, para responder razonablemente, tendría necesidad de hacer él mismo un razonamiento, mientras que en este caso, como en todos los otros, sería su constructor quien pensara por él de antemano. Creo haber mostrado, con todo lo que precede, que se puede concebir fácilmente para un autómata la posibilidad teórica de determinar su acción en un momento dado, sopesando todas las circunstancias que debe tomar en consideración para realizar el trabajo que se le ha encomendado».

Trappist-1 nos espera…

Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto un nuevo sistema solar con siete planetas del tamaño de la Tierra. Está a unos 40 años luz de nosotros, en torno a una estrella tenue y fría de un tipo conocido como “enanas rojas”. En la Vía Láctea, esta clase de astros son mucho más abundantes que las estrellas como el Sol y, recientemente, se han convertido en el lugar perfecto para encontrar vida.

Nuevo Sistema Solar

Telescopios terrestres en Chile, Sudáfrica, Marruecos, EEUU y la isla de La Palma, en Canarias, dirigieron también sus lentes hacia Trappist-1. El nombre de la estrella responde al acrónimo de Telescopio Pequeño para Planetas en Tránsito y Planetesimales. Un sistema de dos observatorios robóticos de la Universidad de Lieja (Bélgica) que está rastreando las 60 estrellas enanas frías más cercanas a la Tierra en busca del tránsito de planetas habitables. En 2010, el grupo de investigadores liderado por Gillon, un astrónomo de la Universidad de Lieja, y primer autor del estudio que se ha publicado este miércoles en Nature, comenzó a escudriñar la vecindad del Sistema Solar con el telescopio robótico TRAPPIST, ubicado en Chile.

Michael Gillon

A partir de esas observaciones y las de otros telescopios terrestres, entre ellos el William Herschel, ubicado en la isla canaria de La Palma, se han recopilado evidencias (durante años) de 34 tránsitos de cuerpos frente a la estrella, que atribuyen a las órbitas de siete planetas.

El nuevo sistema solar órbita en torno a Trappist-1, un astro del tamaño de Júpiter ubicado en la constelación de Acuario. Los seis planetas parecen ser rocosos, como la Tierra, Marte, Venus y Mercurio, aunque algunos podrían ser mucho menos densos. Los cálculos indican que son de tamaño similar a la Tierra y por lo tanto tienen una superficie sólida. “Es la primera vez que se encuentran tantos planetas de este tipo alrededor de una estrella”, ha destacado Michael Gillon. Se mostró ilusionado: «¡Es un sistema planetario impresionante! Y no solo porque hayamos encontrado tantos planetas, sino porque tienen un tamaño sorprendentemente parecido al de la Tierra».

Trapist 1,bc,d,e,f,g,h,

Trappist-1 b, c, d, e, f y g, según su proximidad decreciente al astro, y sugieren la existencia de un séptimo, h. El nuevo sistema solar descubierto es extraordinariamente compacto y ordenado. Sus planetas están en un mismo plano, como sucede en el Sistema Solar. Además sus órbitas siguen un ritmo periódico.

Tres de ellos, designados por ahora como e, f y g,  se encuentran en la zona habitable de la estrella, allí donde la temperatura es adecuada para que haya agua líquida en su superficie.

En los tres planetas más próximos a la estrella –designados como b, c y d– hace probablemente demasiado calor para que pueda haber agua líquida. En el más alejado de los siete –el planeta h-, hace probablemente demasiado frío.

Además, y según los cálculos que han realizado, parece que los planetas c, d y f reciben una cantidad de calor de su estrella comparable a la que reciben Venus, Tierra y Marte, respectivamente.

De los siete, el mejor candidato para albergar vida es el planeta f, ha informado en la rueda de prensa Amaury Triaud, coautor de la investigación, del Instituto de Astronomía de Cambridge (Reino Unido). Se trata de un mundo de tamaño casi igual que la Tierra que completa una órbita alrededor de la estrella cada nueve días terrestres.

Comparativa con nuestro sistema solar

Recreación del planeta «f»

Si vive alguien en el planeta f, o en alguno de sus vecinos, estará viendo en el cielo una gran estrella de color salmón, con un diámetro unas tres veces mayor que el sol visto desde la Tierra. Pese a la proximidad de la estrella, sin embargo, la luminosidad en la superficie del planeta es unas 200 veces inferior a la que llega a la superficie de la Tierra. Estar allí a mediodía “sería como aquí al atardecer”, explica Triaud. Pero “sería bello porque cada poco tiempo pasaría por el cielo otro planeta que se vería el doble de grande que la luna”.

 

 

ESO

Otro de los detalles que ha sorprendido a los científicos es que estos siete planetas están muy apiñados entre sí lo que les permitiría albergar agua líquida, condición esencial para la vida, según un comunicado del Observatorio Europeo Austral (ESO).

“Es especulativo porque no sabemos cómo surge la vida”, declara Triaud. “Pero, si surge en un océano y hay un océano allí, no veo ningún problema”. Todos los siete planetas podrían albergar agua en superficie, si tuvieran una atmósfera adecuada. Podría haber agua en cualquiera de ellos”, sostiene Gillon.

 

Amaury Triaud

Las órbitas de sus siete planetas cabrían todas en el interior de la órbita de Mercurio. Con los planetas tan cerca de la estrella, allí los años pasan rápido: duran un día y medio terrestre en el planeta más próximo a TRAPPIST-1,  y unos veinte días en el más lejano. El hecho de que estén tan cerca hace muy probable que el tirón gravitacional de los planetas provoque fuerzas de marea capaces de generar actividad volcánica en algunos de ellos, según los investigadores.

«La pregunta de si estamos solos en el universo se resolverá en las próximas décadas«, ha dicho Thomas Zurbuchen, investigador de la NASA.

Thomas Zurbuchen

Las estrellas pequeñas tamaño como TRAPPIST-1 son de las más numerosas de la galaxia. A medida que avanza la exploración del espacio resulta más evidente que la Vía Láctea  y el Universo están repletos de planetas de tamaño similar a la Tierra. Se encuentra totalmente repleta de lugares que podrían albergar vida. Es una enana roja, de tipo «m», una categoría que se caracteriza por su escaso tamaño, por su brillo tenue y por su vida extremadamente larga. «Las estrellas tipo m, como esta, son las más abudantes del Universo. Forman el 75% de la Vía Láctea ha explicado Pallé. Pero hasta los últimos años los telescopios no habían sido capaces de detectarlas en suficiente cantidad. ¿Por qué? Porque aparte de abundantes, estas estrellas son pequeñas y poco brillantes.

En todo caso, si este estudio y otros, poco a poco van confirmando que no es extraño que estas estrellas acumulen varios planetas en órbita, el número de planetas de tamaño similar a la Tierra podría ser meteórico.

Guillén Anglada-Escudé

El método empleado para la detección ha consistido en analizar las variaciones de luz de la estrella para tratar de detectar el paso de planetas, lo que se conoce como tránsitos. Al igual que en el cine alguien puede tapar la pantalla cuando se pone delante del proyector, un planeta puede ensombrecer la luz que nos llega de una estrella cada vez que pasa. Como los planetas pasan delante de las estrellas de forma regular, una vez al año (siendo su año su periodo orbital, o sea, el tiempo que necesitan para completar una vuelta), los astrónomos han podido estimar el número de planetas. Lo más importante de este descubrimiento es que puede permitir observar por primera vez la atmósfera de uno de estos planetas, explica Guillem Anglada-Escudé, astrónomo barcelonés  que trabaja en la Universidad Queen Mary de Londres: Se trata de un logro científico que bien vale un Nobel.

El año pasado, Anglada-Escudé descubrió el exoplaneta del tamaño terrestre más cercano a la Tierra, a cuatro años luz, “Próxima B”. Es uno de los 10 mejores científicos del mundo, según “Nature”.

Enric Pallé

El triplete de la vida: una huella de gases de dióxido de carbono o metano, oxígeno y vapor de agua, que se considera como una prueba muy sólida de la presencia de vida en un planeta. Por lo menos por lo que sabemos ahora, solo podemos explicar la presencia de este triplete con la hipótesis de que haya vida presente, tal como ha explicado Enric Pallé, especialista en el análisis de atmósferas de exoplanetas. Otra opción sería que existiesen fenómenos geológicos y atmosféricos totalmente desconocidos. Actualmente se conocen entre 3.000 y 4.000 exoplanetas, planetas que orbitan estrellas lejanas, y en las últimas dos décadas se han ido descubriendo posibles exoplanetas de tamaño y composición similares a los de la Tierra.Pero sin irnos tan lejos, resulta que solo en el Sistema Solar hay un buen puñado de lugares donde es posible que la vida se haya desarrollado en el pasado. Marte, las lunas de Saturno (Titán y Encélado), una luna de Júpiter (Europa) y hasta quizás Plutón. Sus semillas se han ido encontrado en las últimas décadas en asteroides, incluyendo al gigantesco Ceres, y en cometas, que estudió la misión Rosetta. Por eso, cada vez parece más evidente que el ser humano no tiene motivos para sentirse tan solo en el Universo.

Recreación de exoplanetas

En unos cuantos miles de millones de años, cuando el Sol haya agotado su combustible y el Sistema Solar deje de existir. Trappist-1 seguirá siendo una estrella en su infancia. Consume hidrógeno tan despacio que seguirá viva unos 10 billones de años, 700 veces más que la edad total del Universo y, posiblemente, es tiempo suficiente como para que la vida evolucione.

Carnelevarium, carnestolendas y Carnaval

Decía el pregón de 1636:

«De todas las fiestas populares los carnavales son los que nos son más conocidos por la regulación que precisaban por el que ninguna persona osada de hacer ni vender huevos que llaman de
azahar para tirar, ninguna persona sea osada los tres días de Carnestolendas de tirarlos. Ni pellas de nieve ni de otra cosa, ni echar mazas de estopa ni de otra cosa, ni tirar salvado ni harina, ni jeringazos de agua ni otra cosa, ni naranjas, ni traer ni dar vejigazos”, (“vejigas” eran burlas o engaños).

Las Carnestolendas representaban la inversión de valores…pero controlada. La licencia por unas fechas, y bajo control relajado de los alguaciles, para la transgresión como válvula de escape de las clases populares.

El origen de la celebración del Carnaval podría estar en las fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el dios del vino, las saturnales y las lupercales romanas, o las que se realizaban en honor del buey Apis en Egipto. Según algunos historiadores, los orígenes de las fiestas de Carnaval se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto, hace más de 5.000 años, con celebraciones similares en la época del Imperio Romano, desde donde se difundió la costumbre por Europa, siendo exportado a América por los navegantes españoles y portugueses que la colonizaron a partir del siglo XV. Se supone que el término carnaval proviene del latín medieval «carnelevarium», que significaba «quitar la carne» y que se refería a la prohibición religiosa de consumo de carne durante la cuaresma. Esto es lo que hace renacer el carnaval en la Edad media, tan inflexible en los ayunos, abstinencias y con repercusiones a quienes no respetaban estas normas religiosas. En esta época, se celebraba con juegos, banquetes, bailes y diversiones en general, con mucha comida y mucha bebida, con el objeto de enfrentarse a la abstinencia con el cuerpo bien fortalecido y preparado. En la España de la época de la Conquista y la Colonia, ya era costumbre durante el reinado de los Reyes Católicos, disfrazarse en determinados días con el fin de gastar bromas en los lugares públicos. Más tarde, Carlos I dictó una ley prohibiendo las máscaras y enmascarados. Del mismo modo, Felipe II también llevó a cabo una prohibición sobre máscaras. Fue Felipe IV quien restauró el esplendor de las máscaras. Las fiestas populares marcaban el paso de las estaciones: las romerías de febrero a mayo llegaban con la primavera, el verano con San Juan y San Pedro y el invierno acababa con el Carnaval. En casi todos los modelos de fiesta carnavalesca española tienen especial tradición el Jueves Lardero, jueves en el que comienza el carnaval  y el Miércoles de Ceniza, celebrado 40 días antes de la Pascua de Resurrección.

El Pelele de Goya

Durante el siglo XVI  ya se celebraban carnavales en Madrid. Hecho de ser costumbre las bromas pesadas y otras formas de “violencia ritual”. Se hizo costumbre el pregón del carnaval, que prohibía una serie de actividades que solían ser habituales. La prueba es que si bien es cierto que las autoridades tenían órdenes directas de “dejar hacer” en épocas de especial inestabilidad social se tomaban medidas especiales de orden público. En cualquier caso los carnavales son las fiestas de la violencia ritual: se tiran huevos, se mantea, se representan burlas… aunque inevitablemente a veces la violencia ritual se desborda. En un Madrid repleto de analfabetos las representaciones teatrales, en teatros o en las calles, por profesionales o vecinos, eran una importante forma de comunicación. Eran frecuentes aquellas que invertían las imágenes del mundo oficial, que por unas jornadas representaban el mundo al revés, como el hecho de mantear al pelele vestido de “petimetre”, o las gentes disfrazadas de religiosos, que recibían las más variadas burlas. Este tipo de burlas no duraban sólo los pocos días que dura el carnaval, sino que se alargaban mucho más: tres semanas antes del carnaval se celebraban por los hombres casados el “jueves de compadres”; al que seguía la fiesta de las casadas, el “jueves de comadres”; e incluso a mitad de la cuaresma se celebraba la pantomima conocida como “Partir la vieja” (así se representaba a Doña Cuaresma). Igual que en la actualidad son los comerciantes y vecinos quienes organizan las fiestas populares más auténticas, ya en el XVII eran los artesanos quienes representaban sus propias comedias y bailes con los vecinos y aprovechaban la tradición de organizarse en romerías, y aunque los bailes de máscaras llegaron más tarde, hay constancia de que ya antes era habitual el hecho de disfrazarse.

Había en Madrid otra ciudad, la de la corte, con su propio carnaval cortesano, donde también habitaban el desorden y la burla. Eran los tiempos de los Austrias menores, que gustaban de acudir a los corrales de comedias públicos y a romerías. Sin embargo no debemos confundir este gusto por las fiestas populares con el hecho de mezclarse con el populacho. Los cortesanos no eran actores de las fiestas populares sino espectadores. Se sabe que se pudo ver al Conde Duque de Olivares vestido de portero y al almirante de Castilla vestido de mujer, mientras que los escribanos abrían la marcha con un letrero en el que se leía “Los gatos de la villa”, y los carros de basura marchaban en caravanal. Con los Borbones llegaron los bailes de máscaras de gusto europeo y las fiestas de carnaval se separan en dos definitivamente: una para la corte y otra para las clases populares. Era moda en las clases altas el rechazo por las formas ruidosas de la plebe y el acercamiento afrancesado al aislamiento de los salones literarios. Claro que peores serían los designios del carnaval con Carlos III, ya que “el mejor alcalde de Madrid” directamente los prohibió y no fueron restablecidos hasta el corto periodo de Bonaparte, que organizó unos carnavales municipales en el teatro de los Caños del Peral en 1811, lo que hoy es el Teatro Real.

Una de las actividades con más larga tradición en la historia carnavalesca reciente de Madrid son los Bailes de Máscaras del Círculo de Bellas Artes. Durante todo el siglo XIX los carnavales siguieron congregando a los madrileños al desenfreno. Pio Baroja cuenta: “No era fácil hablar con aquella gente, porque el hombre de las afueras es desconfiado y suspicaz”. Aún hoy en muchos puntos de Castilla se conservan ecos de aquellos manteos en distintas fiestas populares.

Carroza ganadora del primer premio: «La boda del Rajah»

Desde principios del siglo XX se celebraban romerías más organizadas, que adquirieron el nombre de desfiles y que ya tenían un aspecto muy parecido al actual. En Madrid se celebraba con concursos de carrozas en el Paseo de la Castellana. Los desfiles llegaron a ser suntuosos. Posteriormente a la Guerra Civil, Franco, por el carácter desenfrenado de las fiestas y con el objeto de evitar las revanchas de civilistas enmascarados, se volvieron a prohibir, por lo que la tradición en desfiles desapareció. Llegadas estas fechas tan solo se recuerda que en los puestos de pipas se vendieran a los niños caretas de cartón.  También el típico potaje de cuaresma, y el bacalao con patatas. Esto acabó con el carnaval en Madrid, pero no acabó con el carnaval en España, que con el nombre de “Fiestas de Invierno” se continuaron celebrando en Santa Cruz de Tenerife, como “Fiestas tradicionales” en Ciudad Rodrigo y “Fiestas Típicas Gaditanas” en Cádiz, y  en algunas otras localidades españolas.

Desastre de San Severiano

En Cádiz permaneció latente en el sentir del pueblo. Y en las tiendas de vinos y en los colmados gaditanos de la posguerra no faltaban en el mes de febrero grupos de nostálgicos que se reunían para rememorar y cantar viejas coplas carnavalescas. En 1947 se produjo una tragedia que sin embargo produjo la revitalización del Carnaval: Un almacén de explosivos de la Armada, el Depósito de San Severiano, explotó produciendo más de 150 muertos, unos 2.000 heridos y afectando a más de 2.000 viviendas de la ciudad, lo que produjo una tristeza generalizada en una ciudad que normalmente se caracteriza por su alegría. Como dice el refrán “no hay mal que por bien no venga”, este hecho hizo que el gobernador civil Rodríguez de Valcárcel tomase la decisión para levantar el ánimo de los gaditanos y autorizó a que cantara el Coro “La Piñata Gaditana”. A partir de ese momento los Coros y Chirigotas salen a la calle con la autorización del Gobernador, fuertemente censurados por la Delegación de Educación Popular y el control callejero del Alcalde. Se insiste en que no puede aparecer por ninguna parte la palabra “Carnaval”. Con este acto se permitió la resurrección de las fiestas bajo la denominación de “Fiestas Típicas Gaditanas” y celebrándose fuera del período usual hasta 1976.

El Carnaval de Tenerife tuvo su origen en las primeras décadas del siglo XX haciéndolo atractivo para la llegada de turistas que había comenzado a llegar a finales del XIX. La prosperidad de los años veinte favorece esta celebración hasta el punto de que se crea, en 1925, el primer programa de las fiestas de Carnaval realizado por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. A partir de esa fecha, la Corporación municipal llevará las riendas oficiales de una fiesta que ya latía con el ritmo de la celebración popular. Esta década también marca el desarrollo de agrupaciones que van más allá de la máscara tradicional, como son las rondallas, comparsas, estudiantinas y murgas. También entonces comienza a avanzarse en el diseño de los disfraces, de manera que se evoluciona desde la máscara sencilla a disfraces de mayor calidad, que contribuyen a la aparición de los primeros concursos. La Guerra Civil española y el posterior periodo de dictadura trunca estas celebraciones populares, que ya estaban profundamente arraigadas en la sociedad santacrucera. Precisamente este arraigo motiva que, a pesar de esta etapa de represión, los tinerfeños iniciaran fiestas clandestinas en la intimidad de las casas. La fuerza popular de esta fiesta y la modificación de la realidad política y económica del país hizo que en 1961 se aceptara oficialmente la celebración del Carnaval bajo la denominación eufemística de “Fiestas de Invierno” y que en 1967 fuera declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional. Con la llegada de la democracia, el Carnaval recupera su nombre e inicia su desarrollo como fiesta popular por excelencia de Santa Cruz de Tenerife hasta llegar a ser declarado, en 1980, Fiesta de Interés Turístico Internacional por la Secretaría de Estado para el Turismo.

La primera transmisión de Radio se escuchó en Ibiza

La radio se escuchó por primera vez en  el mundo en Ibiza… desde Jávea.

Julio Cervera Baviera

Julio Cervera fue el ingeniero y comandante del Ejército español que inventó, la primera Radio. El primer sistema técnico de radiotelefonía de voz inalámbrica. Su patente quedó registrada en 1902, once años antes que el italiano Marconi, a quien se le atribuye el invento injustamente. Nació en Segorbe (Valencia) 1854. Estudió Ciencias Físicas y Naturales en la Universidad de Valencia. Entró en el Ejército como cadete de caballería en Valladolid. En 1877, la Armada le envía a Marruecos. Realizando varias exploraciones en el territorio. En 1878 cursó estudios en la Escuela de Ingenieros Militares de Guadalajara. Llegó a ser Comandante de Ingenieros del Ejército españolEn 1886, con el patrocinio de la Sociedad Española de Geografía Comercial, Cervera comandó la Expedición científica al Sáhara Occidental. Participó en la Guerra Hispano-Americana de 1898, encargado de reforzar las instalaciones de defensas y comunicaciones, le fue asignada la defensa del Guamaní, batalla del mismo nombre. Consiguió trasladarse a Aibonito, al barrio Asomante para repeler un ataque de las tropas norteamericanas, conociéndose este evento como «combate del “Asomante».

Heliógrafo

El pueblo de Aibonito con su plaza e iglesia, es el de mayor altitud sobre el nivel del mar en Puerto Rico, permitiendo una posición estratégica para una mayor visibilidad de la costa norte (océano Atlántico) en San Juan y la de Ponce (mar Caribe) al sur de la Isla.   En este punto se estableció en el sector conocido como “La Torre” un heliógrafo para mantener comunicación entre San Juan y Ponce. El heliógrafo servía para hacer señales telegráficas por medio de la reflexión de los rayos del sol en un espejo móvil, o bien mediante la interposición de una especie de persiana cuya apertura o cierre hace que los rayos del sol lleguen y se reflejen en el espejo, o no. Una vez finalizada la guerra, y centrándose ya en su faceta de ingeniero, el comandante Cervera estuvo trabajando en Londres durante 3 meses con  Guillermo Marconi y su ayudante George Kemp.
A principios de siglo XX, Cervera consiguió inventar una máquina telegráfica sin hilos capaz de transmitir la voz humana. Durante los años 1901 y 1902, mantuvo emisiones regulares de voz sin cables durante tres meses consecutivos entre Tarifa y Ceuta, así como entre Jávea e Ibiza.

Primera radio comercializada

El profesor honorífico de Comunicaciones de la Universidad de Navarra Ángel Faus, quien tras siete años de investigación publicaba La Radio en España. 1896-1977, nos explica que desafiando las tesis de muchos especialistas europeos y basándose en los originales de dos patentes inéditas en Inglaterra y Alemania, atribuye a Julio Cervera la invención del primer sistema técnico de la radio con estas palabras: «el inventor de la radio no es Marconi, ni John Ambrose Fleming, ni Lee de Forest, Fesseden o David Sarnoff, sino el español Julio Cervera Baviera». Es verdad que Marconi inventó la telegrafía sin hilos antes que Cervera, pero para transmitir señales, no sonido. Cervera transmitió la voz humana y no señales. Es por ello que, según las investigaciones realizadas por Ángel Faus, Julio Cervera desarrolló la radio once años antes de que lo hiciera Marconi, el cual no trabajó en la radio hasta 1913. Esto le convierte en el pionero indiscutible de la radiotelegrafía en España y la radiotelefonía en todo el mundo. Es cierto que Nikola Tesla ya había hecho varias demostraciones y publicaciones de los principios de la radio. Tras la usurpación de Marconi en la patente, Nikola Tesla le llevó a los tribunales ganando el litigio ante el Tribunal Supremo de los EEUU y quedando como el auténtico inventor de la radio.

El 22 de marzo de 1902, fundó en Madrid la Sociedad Anónima Española de Telegrafía y Telefonía sin Hilos y registró sus patentes de ingeniería. La patente alemana fue inscrita en el registro de Berlín, después de que Julio Cervera presentase en Madrid su primera solicitud de patente sobre telegrafía sin hilos. También registró patentes en Francia, Suecia, Noruega, Estados Unidos, Bélgica, Suiza, Portugal, Italia, Austria y Dinamarca. Más tarde, solicitó el registro de patentes en el Reino Unido, donde trabajaba Marconi.

Tranvía de Tenerife

Cervera fue trabajador incansable que no consiguió el respaldo institucional y mediático necesario para que sus avances técnicos tuvieran trascendencia. Al contrario que Marconi, que tenía el apoyo del diario The Times, uno de los más influyentes en Europa del momento, anunciando incansablemente cada objetivo que conseguía. Presentó, además, la patente del Telemando de equipos y sistemas, antecesor del mando a distancia tan común en aplicaciones civiles y militares. Sus estudios son aplicables a la explosión de minas y torpedos a distancia, al movimiento de máquinas terrestres y marinas, etc. Otra notable contribución fue la creación en 1903 de la Internacional Institución Electrotécnica en Valencia, que daba títulos propios de ingeniero mecánico, electricista y mecánico-electricista, denominados libres. Fue una de las primeras experiencias de educación a distancia de todo el mundo.

En 1908 pasa a llamarse Institución de Enseñanza Técnica ofreciendo cursos en disco. También fue el creador del diseño del antiguo tranvía de Tenerife, con un trazado que comenzaba en la Plaza de España de Santa Cruz de Tenerife  y finalizaba en Taraconte.

Cervera fue un republicano liberal, escritor de algunos libros, amigo personal de Manuel Ruíz Zorrilla.
Fue candidato republicano por el distrito de Segorbe a las Cortes, pero sufrió un arresto que le impidió su participación efectiva. Tras varios intentos, al final obtuvo acta de diputado por Valencia como integrante del Partido Republicano Radical. Masón ilustre, fundó una logia en su Segorbe natal. En 1890, constituyó una obediencia masónica en Marruecos que llegó a contar con 12 logias y doscientos miembros. Un año más tarde esta organización se integró en el Gran Oriente Español. Murió en Madrid en 1927.

Crucero fluvial de Madrid a Cádiz

Si, esto, a lo mejor hubiera sido posible a mediados del siglo XVIII. Francisco Cabarrús, se interesó en la apertura de canales de navegación que nunca llegaron a concluirse. Tuvo en mente varios proyectos:

Rio Tajo por su paso por Aranjuez

El Canal de Guadarrama:
Este canal de navegación se supone que empezaría desde Madrid, pudiera ser desde Aranjuez, hasta llegar a Toledo, atravesando las provincias de Ciudad Real,  Badajoz, Córdoba,  Jaén, Sevilla y finalmente Cádiz- Huelva, su desembocadura, siendo navegable hasta el Atlántico. En aquellas épocas en las que todavía no existía el ferrocarril, el transporte de mercancías se aligeraría con el transporte fluvial.


Guadalquivir por Jaén

Guadiana por Badajoz

Tajo a su paso por Toledo

 

 

 

 

 

 

Guadalquivir por Córdoba

Por Sevilla

Doñana

 

 

 

 

 

 


Canal del Llobregat:

El Llobregat  importante rio de Cataluña, que nace en el municipio Castellar de Nuch, Barcelona y desemboca en el mar Mediterráneo. Igualmente se interesó por hacer navegable el este río, recorriendo de norte a sur Barcelona, (un mini crucero fluvial) y así dar impulso a la zona, tras ver  los buenos resultados obtenidos en Francia con el canal du Midi el canal de los dos mares, que unía el Atlántico y el Mediterráneo.

El Canal de Cabarrús:

Inició este canal, hoy en día Canal de Isabel II. Es una antigua vía de agua, hoy parcialmente destruida, que corría por el noreste de la Comunidad de Madrid y parte de Guadalajara. Fue una importante infraestructura hidráulica puesta en servicio para mejorar la eficacia de los regadíos en los municipios de Torrelaguna, Torremocha del Jarama, Uceda y Patones. El Pontón de la Oliva tomaba el agua directamente del río Lozoya.

Molino de la Madre de Dios

Ideó un canal artificial para aprovechar las abundantes aguas de los ríos Jarama y Lozoya para dedicarlas a usos agrícolas. Cabarrús, que poseía una notable fortuna, adquirió los derechos de las aguas de ambos ríos  y puso en marcha el proyecto. Durante casi 25 años desembolsó ocho millones de reales, una cifra muy alta para la época, y vio como el canal iba tomando forma y a su alrededor crecían las huertas y los campos de labor.  Llegó a tener 12 kilómetros de longitud y unía las cuencas del río Lozoya y el Jarama. El canal, incrementó sin duda  la utilización de dos molinos existentes en los alrededores: el molino del Duque de Uceda, hoy desaparecido y el antiguo molino medieval, denominado “de la Madre de Dios”. Este último, fue restaurado en infinidad de ocasiones, y recogía agua mediante un caz conectado con el canal. A finales del siglo XIX fue transformado en una fábrica de harinas, y en la actualidad, es un bonito complejo hostelero. Se hicieron 12 puentes de piedra, cinco acueductos, y diez casas de guarda para los vigilantes del canal. Además mandó construir la Casa de Oficios entre Torremocha  y Torrelaguna, que utilizó  ocasionalmente como vivienda estacional. Poniendo una vez más en práctica sus ideas ilustradas, pues sirvió para fomentar en la zona la educación como vía de impulso al desarrollo económico. El canal dejó de regar la vega en 1822, año en que los agricultores abandonaron  los cultivos de regadío. Hoy en día convertido en un secarral.

Francisco de Cabarrús

Su padre Domingo Cabarrús Fourcade, propietario de una casa de comercio en la ciudad vascofrancesa de Bayona, lo envió cuando tenía 18 años a España (primero al País Vasco, luego a Zaragoza y finalmente a Valencia) para que completase su formación como negociante. En Valencia se asentó en casa de un comerciante francés y se casó con la hija de su anfitrión, Antonia Galabert Casanova; al no realizar el trámite de pedir permiso para ese acto civil en Francia, quedó obligado a desarrollar su carrera en España, y el matrimonio se estableció en Carabanchel Alto, (Madrid). De este matrimonio nació Teresa y Domingo Cabarrús Galabert. Diez años más tarde se naturalizó español. No tardó en establecer buenas relaciones en la corte: amigo de Campomanes y Floridablanca, ingresó en la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País y ejerció como consejero y prestamista del rey Carlos IIl, Carlos IV le nombró conde por los servicios prestados a la Hacienda. A Cabarrús se debió la idea de emitir vales reales para hacer frente a los cuantiosos gastos que causó la guerra con el Reino Unido, ideó el proyecto de creación del Banco de San Carlos, primer banco nacional español, que emitió papel moneda impreso.

Cuestionado por sus ideas y por un supuesto fraude, su carrera se vio alterada por la enemistad con importantes personajes políticos por culpa de la Revolución Francesa: perseguido por la Inquisición, víctima de algunos errores cometidos y acusado de malversación de fondos por el ministro de Hacienda, acabó encarcelado en el castillo de Batres.

Dos años más tarde, cuando recobró la libertad, volvió a ocupar altos cargos. José I Bonaparte  lo nombró Caballero Gran Banda de la Orden Real de España, máxima condecoración que podía lucir un afrancesado. Murió en Sevilla en 1810,  siendo Ministro de Finanzas. Fue enterrado en la Capilla de la Concepción de la Catedral de Sevilla, en un panteón próximo al del Conde de Floridablanca.

Acabada la Guerra de la Independencia, su cadáver fue exhumado y precipitados sus huesos a la fosa común del Patio de los Naranjos, donde se enterraba a los reos de pena capital. Según otras versiones, sus huesos fueron arrojados al río Guadalquivir.

Desde Sevilla llevaremos agua al desierto

Enrique Veiga

La máquina española que fabrica agua potable 

¿Qué te parece el invento? No es magia, es innovación.

Un gallego-sevillano que ha sido capaz de llevar la lluvia de la tierra que le vio nacer a las zonas más secas del planeta con la ayuda de sus conocimientos. Su inventor,  Enrique Veiga, es un ingeniero frigorista de setenta y cinco años de edad ya jubilado, natural de Vigo que aterrizó en Sevilla hace ahora cincuenta años, un gallego que cambió las mojadas calles de su Vigo natal por la alegría del barrio de El Porvenir, en el que todavía reside con su mujer Pilar. Él mismo se considera sevillano, pero el acento aún no lo ha perdido. Lleva cincuenta años viviendo y desarrollando su carrera profesional en la ciudad, estamos ante un genio  que ha creado una máquina que fabrica agua potable a través del aire. Estudió en la Escuela Superior de Ingenieros de Vigo y, cuando terminó su carrera, marchó a Francia a prepararse con los mejores científicos y profesores en materia de frío industrial. Concluyó sus estudios y pasó por países como Noruega o Canadá hasta que le llegó, como él dice, la oportunidad de su vida. Veiga confiesa que “no todo en la vida es tener una formación excelente y ser un buen profesional, tienen que aparecer retos y oportunidades que te ayuden a crecer”. Así le ocurrió a él: una empresa gallega iba a poner en marcha un proyecto en Sevilla y querían que Enrique estuviera al frente.
Sevilla por aquella época era el segundo puerto de España en cuanto a entrada de pescado congelado. Atracaban los más importantes buques cargados de género que procedían de caladeros del Atlántico y el Mediterráneo. En el puerto hispalense estaban los más grandes y modernos almacenes de frío de la época.

Allá por los años 90, España sufrió una época de enorme sequía, más acentuada en el sur de la península. Veiga explica que en la ciudad “hubo gran preocupación ante este acontecimiento, sufriendo la población cortes en el suministro de tan preciado bien”. Esta situación, sumada al carácter del inventor, hizo que Enrique empezara a preocuparse por el remedio a la falta de agua. Veiga creó su máquina y la aceptación no fué mala, pero los potenciales clientes y demandantes de este invento eran países de zonas áridas y desérticas con poco poder adquisitivo. Circunstancia que sumada a la falta de ayudas provocó que Enrique abandonara un poco el proyecto. En aquella época era el único poseedor de la patente. En 2005, con la ayuda de uno de sus hijos, retoma el proyecto y decide mejorar la máquina para obtener el mejor rendimiento posible. De aquí nace el Generador de Agua Potable por Condensación. El generador de agua potable por condensación del vapor de agua, diseñado para trabajar incluso en climas desérticos, obtiene agua potable condensando la humedad absoluta del aire con el apoyo de una instalación frigorífica.El aparato recoge gran cantidad de aire y extrae las gotas al condensar las partículas. Y finalmente desde el grifo sale agua potable pura y lista para el consumo. La particularidad de los Generadores Aquaer  (la empresa que comercializa el producto y que tiene la patente), es que no necesitan agua de otras fuentes, puesto que obtienen la humedad del aire.

Uso doméstico

Este invento es capaz de extraer el agua fría del ambiente siempre que no supere los 45ºC de temperatura y la humedad relativa sea mayor al 8%. Además, al ser un proceso automático, solo hay que estar pendiente de limpiar sus filtros para que la máquina fabrique agua de forma autónoma. El coste por litro de agua depende del precio del Kw/h. En Namibia por ejemplo,  tiene un coste de 30,28 céntimos por Kw/h, por lo que 1 litro de agua cuesta 0,01 céntimos. Actualmente, la empresa Aquaer tiene diferentes modelos según su aplicación. Existen generadores de uso doméstico que pueden producir 75 litros al día, hasta 10.000 litros para grandes poblaciones.

Lo primero que se te viene a la cabeza son sitios en los que necesiten ayuda, donde no haya agua, por ejemplo campos de refugiados, zonas desérticas o lugares que han sufrido una catástrofe natural. Ya se han enviado 1.500 máquinas al gobierno de Namibia, con graves problemas de sequías. El inventor ha sido recibido con los máximos honores por los los mandatarios del país.  Otros países africanos y sudamericanos, como Chile, se han interesado por estos generadores, que además de tener un consumo eléctrico mínimo, generan un bien tan preciado en determinadas zonas y que puede llegar a salvar la vida de muchos seres humanos.

Ya tiene encargos para Venezuela, Perú, California, etc. Su último encargo viajará desde El Visor del Alcor  hasta Irán, 7.000km ,  su lugar de destino, generando 10.000 litros de agua en tan sólo 24 horas.

Veiga indica que su logro no ha sido inventar agua a partir del aire, sino “crear una máquina capaz de trabajar en condiciones extremas y producir el líquido elemento”. No hace falta tener la mente de Einstein, pero sí el sentido de la oportunidad de Leonardo da Vinci.