Desde Sevilla llevaremos agua al desierto

Enrique Veiga

La máquina española que fabrica agua potable 

¿Qué te parece el invento? No es magia, es innovación.

Un gallego-sevillano que ha sido capaz de llevar la lluvia de la tierra que le vio nacer a las zonas más secas del planeta con la ayuda de sus conocimientos. Su inventor,  Enrique Veiga, es un ingeniero frigorista de setenta y cinco años de edad ya jubilado, natural de Vigo que aterrizó en Sevilla hace ahora cincuenta años, un gallego que cambió las mojadas calles de su Vigo natal por la alegría del barrio de El Porvenir, en el que todavía reside con su mujer Pilar. Él mismo se considera sevillano, pero el acento aún no lo ha perdido. Lleva cincuenta años viviendo y desarrollando su carrera profesional en la ciudad, estamos ante un genio  que ha creado una máquina que fabrica agua potable a través del aire. Estudió en la Escuela Superior de Ingenieros de Vigo y, cuando terminó su carrera, marchó a Francia a prepararse con los mejores científicos y profesores en materia de frío industrial. Concluyó sus estudios y pasó por países como Noruega o Canadá hasta que le llegó, como él dice, la oportunidad de su vida. Veiga confiesa que “no todo en la vida es tener una formación excelente y ser un buen profesional, tienen que aparecer retos y oportunidades que te ayuden a crecer”. Así le ocurrió a él: una empresa gallega iba a poner en marcha un proyecto en Sevilla y querían que Enrique estuviera al frente.
Sevilla por aquella época era el segundo puerto de España en cuanto a entrada de pescado congelado. Atracaban los más importantes buques cargados de género que procedían de caladeros del Atlántico y el Mediterráneo. En el puerto hispalense estaban los más grandes y modernos almacenes de frío de la época.

Allá por los años 90, España sufrió una época de enorme sequía, más acentuada en el sur de la península. Veiga explica que en la ciudad “hubo gran preocupación ante este acontecimiento, sufriendo la población cortes en el suministro de tan preciado bien”. Esta situación, sumada al carácter del inventor, hizo que Enrique empezara a preocuparse por el remedio a la falta de agua. Veiga creó su máquina y la aceptación no fué mala, pero los potenciales clientes y demandantes de este invento eran países de zonas áridas y desérticas con poco poder adquisitivo. Circunstancia que sumada a la falta de ayudas provocó que Enrique abandonara un poco el proyecto. En aquella época era el único poseedor de la patente. En 2005, con la ayuda de uno de sus hijos, retoma el proyecto y decide mejorar la máquina para obtener el mejor rendimiento posible. De aquí nace el Generador de Agua Potable por Condensación. El generador de agua potable por condensación del vapor de agua, diseñado para trabajar incluso en climas desérticos, obtiene agua potable condensando la humedad absoluta del aire con el apoyo de una instalación frigorífica.El aparato recoge gran cantidad de aire y extrae las gotas al condensar las partículas. Y finalmente desde el grifo sale agua potable pura y lista para el consumo. La particularidad de los Generadores Aquaer  (la empresa que comercializa el producto y que tiene la patente), es que no necesitan agua de otras fuentes, puesto que obtienen la humedad del aire.

Uso doméstico

Este invento es capaz de extraer el agua fría del ambiente siempre que no supere los 45ºC de temperatura y la humedad relativa sea mayor al 8%. Además, al ser un proceso automático, solo hay que estar pendiente de limpiar sus filtros para que la máquina fabrique agua de forma autónoma. El coste por litro de agua depende del precio del Kw/h. En Namibia por ejemplo,  tiene un coste de 30,28 céntimos por Kw/h, por lo que 1 litro de agua cuesta 0,01 céntimos. Actualmente, la empresa Aquaer tiene diferentes modelos según su aplicación. Existen generadores de uso doméstico que pueden producir 75 litros al día, hasta 10.000 litros para grandes poblaciones.

Lo primero que se te viene a la cabeza son sitios en los que necesiten ayuda, donde no haya agua, por ejemplo campos de refugiados, zonas desérticas o lugares que han sufrido una catástrofe natural. Ya se han enviado 1.500 máquinas al gobierno de Namibia, con graves problemas de sequías. El inventor ha sido recibido con los máximos honores por los los mandatarios del país.  Otros países africanos y sudamericanos, como Chile, se han interesado por estos generadores, que además de tener un consumo eléctrico mínimo, generan un bien tan preciado en determinadas zonas y que puede llegar a salvar la vida de muchos seres humanos.

Ya tiene encargos para Venezuela, Perú, California, etc. Su último encargo viajará desde El Visor del Alcor  hasta Irán, 7.000km ,  su lugar de destino, generando 10.000 litros de agua en tan sólo 24 horas.

Veiga indica que su logro no ha sido inventar agua a partir del aire, sino “crear una máquina capaz de trabajar en condiciones extremas y producir el líquido elemento”. No hace falta tener la mente de Einstein, pero sí el sentido de la oportunidad de Leonardo da Vinci.