Crucero fluvial de Madrid a Cádiz

Si, esto, a lo mejor hubiera sido posible a mediados del siglo XVIII. Francisco Cabarrús, se interesó en la apertura de canales de navegación que nunca llegaron a concluirse. Tuvo en mente varios proyectos:

Rio Tajo por su paso por Aranjuez

El Canal de Guadarrama:
Este canal de navegación se supone que empezaría desde Madrid, pudiera ser desde Aranjuez, hasta llegar a Toledo, atravesando las provincias de Ciudad Real,  Badajoz, Córdoba,  Jaén, Sevilla y finalmente Cádiz- Huelva, su desembocadura, siendo navegable hasta el Atlántico. En aquellas épocas en las que todavía no existía el ferrocarril, el transporte de mercancías se aligeraría con el transporte fluvial.


Guadalquivir por Jaén

Guadiana por Badajoz

Tajo a su paso por Toledo

 

 

 

 

 

 

Guadalquivir por Córdoba

Por Sevilla

Doñana

 

 

 

 

 

 


Canal del Llobregat:

El Llobregat  importante rio de Cataluña, que nace en el municipio Castellar de Nuch, Barcelona y desemboca en el mar Mediterráneo. Igualmente se interesó por hacer navegable el este río, recorriendo de norte a sur Barcelona, (un mini crucero fluvial) y así dar impulso a la zona, tras ver  los buenos resultados obtenidos en Francia con el canal du Midi el canal de los dos mares, que unía el Atlántico y el Mediterráneo.

El Canal de Cabarrús:

Inició este canal, hoy en día Canal de Isabel II. Es una antigua vía de agua, hoy parcialmente destruida, que corría por el noreste de la Comunidad de Madrid y parte de Guadalajara. Fue una importante infraestructura hidráulica puesta en servicio para mejorar la eficacia de los regadíos en los municipios de Torrelaguna, Torremocha del Jarama, Uceda y Patones. El Pontón de la Oliva tomaba el agua directamente del río Lozoya.

Molino de la Madre de Dios

Ideó un canal artificial para aprovechar las abundantes aguas de los ríos Jarama y Lozoya para dedicarlas a usos agrícolas. Cabarrús, que poseía una notable fortuna, adquirió los derechos de las aguas de ambos ríos  y puso en marcha el proyecto. Durante casi 25 años desembolsó ocho millones de reales, una cifra muy alta para la época, y vio como el canal iba tomando forma y a su alrededor crecían las huertas y los campos de labor.  Llegó a tener 12 kilómetros de longitud y unía las cuencas del río Lozoya y el Jarama. El canal, incrementó sin duda  la utilización de dos molinos existentes en los alrededores: el molino del Duque de Uceda, hoy desaparecido y el antiguo molino medieval, denominado “de la Madre de Dios”. Este último, fue restaurado en infinidad de ocasiones, y recogía agua mediante un caz conectado con el canal. A finales del siglo XIX fue transformado en una fábrica de harinas, y en la actualidad, es un bonito complejo hostelero. Se hicieron 12 puentes de piedra, cinco acueductos, y diez casas de guarda para los vigilantes del canal. Además mandó construir la Casa de Oficios entre Torremocha  y Torrelaguna, que utilizó  ocasionalmente como vivienda estacional. Poniendo una vez más en práctica sus ideas ilustradas, pues sirvió para fomentar en la zona la educación como vía de impulso al desarrollo económico. El canal dejó de regar la vega en 1822, año en que los agricultores abandonaron  los cultivos de regadío. Hoy en día convertido en un secarral.

Francisco de Cabarrús

Su padre Domingo Cabarrús Fourcade, propietario de una casa de comercio en la ciudad vascofrancesa de Bayona, lo envió cuando tenía 18 años a España (primero al País Vasco, luego a Zaragoza y finalmente a Valencia) para que completase su formación como negociante. En Valencia se asentó en casa de un comerciante francés y se casó con la hija de su anfitrión, Antonia Galabert Casanova; al no realizar el trámite de pedir permiso para ese acto civil en Francia, quedó obligado a desarrollar su carrera en España, y el matrimonio se estableció en Carabanchel Alto, (Madrid). De este matrimonio nació Teresa y Domingo Cabarrús Galabert. Diez años más tarde se naturalizó español. No tardó en establecer buenas relaciones en la corte: amigo de Campomanes y Floridablanca, ingresó en la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País y ejerció como consejero y prestamista del rey Carlos IIl, Carlos IV le nombró conde por los servicios prestados a la Hacienda. A Cabarrús se debió la idea de emitir vales reales para hacer frente a los cuantiosos gastos que causó la guerra con el Reino Unido, ideó el proyecto de creación del Banco de San Carlos, primer banco nacional español, que emitió papel moneda impreso.

Cuestionado por sus ideas y por un supuesto fraude, su carrera se vio alterada por la enemistad con importantes personajes políticos por culpa de la Revolución Francesa: perseguido por la Inquisición, víctima de algunos errores cometidos y acusado de malversación de fondos por el ministro de Hacienda, acabó encarcelado en el castillo de Batres.

Dos años más tarde, cuando recobró la libertad, volvió a ocupar altos cargos. José I Bonaparte  lo nombró Caballero Gran Banda de la Orden Real de España, máxima condecoración que podía lucir un afrancesado. Murió en Sevilla en 1810,  siendo Ministro de Finanzas. Fue enterrado en la Capilla de la Concepción de la Catedral de Sevilla, en un panteón próximo al del Conde de Floridablanca.

Acabada la Guerra de la Independencia, su cadáver fue exhumado y precipitados sus huesos a la fosa común del Patio de los Naranjos, donde se enterraba a los reos de pena capital. Según otras versiones, sus huesos fueron arrojados al río Guadalquivir.