Las mujeres presiden el Foro de Davos

Por primera vez el Foro de Davos va a estar presidido por mujeres. El Foro Económico Mundial es una fundación sin ánimo de lucro, que se define como imparcial e independiente y como  no ligada a intereses especiales. Cada año se invita a representantes del sector público y privado, de organizaciones internacionales y de instituciones académicas. Fundado en 1971 tiene su sede principal en Ginebra, a pesar de reunirse cada año en Davos (Suiza). Klaus Schwab, ingeniero, economista y empresario nacido en Ravensburgm fue el creador de este proyecto.

Esta reunión se celebra a primeros de año y sienta las bases, para fijar la agenda mundial de otras cumbres internacionales. Su asistencia en la más numerosa, más de 3.000 participantes del mundo económico, político, social, cultural, académico y científico. Es el lugar donde los líderes abordan, junto con la sociedad civil y los empresarios, los grandes problemas del mundo, este año con el lema: “Crear un futuro compartido en un mundo fracturado”. Tratarán también los problemas culturales e identitarios que están provocando muchas tensiones políticas, los riesgos medioambientales; como desastres naturales, fenómenos meteorológicos extremos o el fracaso a la hora de mitigar el cambio climático entre las amenazas más probables a nivel global, junto a riesgos de carácter tecnológico como los ciberataques y el robo o fraude de datos. Además se debaten temas de actualidad, como, por ejemplo, el  famoso movimiento #MeToo (Yo también) que partió de Hollywood, pero que también afecta al mundo político, artístico y empresarial con un panel titulado: «Género, poder y afrontar el acoso sexual».

Como muestra de apoyo a las mujeres, este año se ha querido que el encuentro del 23 al 26 de enero sea únicamente presidido por mujeres. Entre las siete elegidas figuran:

Erna Solberg, de 56 años, Presidenta de Noruega, conocida como la Angela Merkel de su país. Es la segunda mujer al frente del gobierno de su país en la historia, dirigiendo una coalición de derechas. Sus políticas sobre inmigración han sido muy polémicas por su especial dureza.

Christine Lagarde, de 62 años, francesa. Directora del Fondo Monetario Internacional. La primera mujer en dirigir el FMI. Estuvo envuelta en casos por malversación de fondos públicos, que la llevó a una condena, aunque sin pena ni consecuencias políticas, incomprensible para los ciudadanos de a pie. Siendo ministra de Francia fue muy crítica con el sexismo y el acoso en la política de su país.

Sharan Burrow, de 63 años, australiana, la primera mujer elegida secretaria general de la Confederación Internacional de Sindicatos, considerada una de las mujeres más influyentes en Bruselas.

Fabiola Gianotti, de 57 años, italiana. Directora general del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), la primera mujer en ostentar este puesto.  Es física de partículas, dirigió el experimento ATLAS, que resultó con en el descubrimiento del bosón de Higgs, “partícula de Dios”.  Es, además, una reconocida pianista.

Isabelle Kocher, de 51 años, francesa, la primera mujer en dirigir una compañía de las cuarenta principales de la bolsa francesa, con su puesto al frente de Engie Group, una compañía líder en el sector energético que opera en más de setenta países, con aproximadamente 153.000 empleados y elevados ingresos. Forma parte, además, del consejo directivo de diferentes organizaciones sin ánimo de lucro, que estudian las posibilidades de las energías renovables.

Ginni Rometty, 60 años, estadounidense. Presidenta de IBM. Ingeniera informática y eléctrica, es consejera también de la Universidad Northwestern y del Centro contra el cáncer Sloan-Kettering.

Chetna Gala Sinha, de 58 años, india, fundadora y presidenta del Mann Deshi Mahila Bank. Emprendedora, impulsora de microcréditos, economista, agricultora y activista social. Tiene como objetivo principal el cambio social de su país.

Otras mujeres que también han asistido al evento, son la actriz y embajadora de buena voluntad de ACNUR, Cate Blanchett, y todas las presidentas entre las que se encontraban Theresa May, y por supuesto Angela Merckel,  y sin embargo se ha notado la ausencia de  la primera dama de EU. Hay que recalcar, que pese a estar enfocado este encuentro hacia la mujer, de los 3.000 participantes, tan sólo un 21% de los asistentes han sido mujeres. Dentro de la representación femenina de la delegación española se ha quedado muy por debajo, en un escaso 15%, en una cita destinada a promover la igualdad. El Rey Felipe VI encabeza la comitiva española, que acude por primera vez, con un total de 20 personas principalmente pertenecientes a la política y a las grandes empresas del Ibex 35. De ellas, tan sólo tres mujeres: la presidenta del Banco Santander, AnaPatricia Botín; Gloria Fluxá, co-vicepresidenta ejecutiva del Grupo Iberostar; y Arancha González, directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional (ITC).  Entre los asistentes al Foro se encuentra el consejero delegado del Grupo Villar Mir, Javier López Madrid, compañía polémica ya que últimamente se ha visto envuelto en varios escándalos.

Con estos datos de asistencia femenina, podemos llegar a la conclusión, de que de seguir la tendencia actual, la igualdad de género no se conseguirá hasta dentro de 100 años. A todo esto debemos de añadir que los informes anuales sobre la brecha salarial dan la vuelta al mundo, sobre todo el año pasado, cuando se reconoció que la lucha por la equiparación de las mujeres en el mundo laboral no iba por el camino correcto, sino que se estaba retrocediendo. Y si se mira la disparidad salarial entre los dos sexos en el mundo de las empresas, las previsiones son aún menos halagüeñas. En este caso, la brecha no se cerrará hasta dentro de 217 años. La advertencia es que, lejos de mejorar en su conjunto, el ritmo de la lucha contra la desigualdad se ha ralentizado de forma notoria. ​

La Asamblea Anual también ha sido menospreciada por ser una “combinación de pompa y lugares comunes”, únicamente los más ricos del mundo pueden hacer planes para el resto, en un lugar gélido, desapacible e inaccesible para el resto de los mortales, con la milonga de que representado por algunas pocas mujeres va a poder cambiar algo en nuestras vidas corrientes.