Tabarnia y el Calexit
El nombre de Tabarnia es un neologismo creado a partir de los nombres de Tarragona y Barcelona, en el que se pretende crear una nueva comunidad autónoma española, uniendo varias comarcas de Tarragona y Barcelona. El territorio, se dividiría en: Alta Tabarnia (área de influencia de Barcelona) y Baja Tabarnia (área de influencia de Tarragona), y estaría formado por 10 comarcas integradas por: el Tarragonés, Bajo Campó, Bajo Penedés, Alto Penedés, Garraf, Bajo Llobregat, Barcelonés, Vallés Oriental, Vallés Occidental y El Maresme. Sus habitantes sumarían 5.612.802, frente al total de 7.453.957 de catalanes. Incluso ya han creado una bandera que funde la enseña barcelonesa y la tarraconense.
Esta plataforma nace fundamentalmente por su radical oposición a la independencia con España, a la DUI. Sus partidarios consideran que “la división administrativa actual no se corresponde con la realidad”. Mientras que en el interior de Cataluña el voto mayoritario fue independentista, en el área metropolitana de Barcelona, recayó en los no secesionistas.
Desde 1859 en Estados Unidos se aprobó por la cámara californiana la división en dos del estado, pero la propuesta nunca llegó a votarse. Pero esta propuesta, que nunca se ha quedado en el olvido, a raíz de la victoria de Donald Trump, ha ido creciendo. Muchos californianos, decepcionados y frustrados no se resignan y piden la independencia de California del resto del país. Quieren el Calexit (palabra formada por California + exit.) El término se volvió tendencia en las redes sociales, acuñado como referencia al Brexit (la salida de UK de la Unión Europea). Es un movimiento de los que quieren que California abandone EE.UU. Y aunque es una probabilidad extremadamente remota, el proyecto pretende separar la California rural de sus ciudades costeras y convertirlo en otro estado con el original nombre de, Nueva California. El problema es sumamente parecido al de Tabarnia, no sólo visualmente, sino incluso en las dificultades que tendría que afrontar para convertirse en realidad.
La Constitución de EU no facilita la creación de un nuevo estado, porque requeriría de un voto afirmativo tanto del congreso estatal de California como del federal en Washington. Expertos constitucionalistas aseguran que un estado no puede salir de una unión legalmente establecida. Pueden dividirse e ingresar nuevos, pero no irse.
California es la sexta economía más grande del mundo, es económicamente más poderosa que Francia y tiene una población mayor que Polonia. Al igual que Cataluña que es una de las comunidades más rica de España, más poblada y más turística.
Otra de las similitudes es que existe una gran desconexión cultural y política entre las grandes metrópolis de la costa y las zonas más rurales, que llevan tiempo protestando porque no se les tiene en cuenta a la hora de aprobar leyes, especialmente las medioambientales, que aprueban los pijos de ciudad, para que el coste lo tengan que pagar ellos. Y sobre todo la división política: las grandes ciudades votan a los demócratas y las zonas rurales a los republicanos.
Varias figuras de la industria tecnológica de Silicon Valley se han unido a la petición de independencia. El principal inversor en la aplicación de transporte privado Uber, se ha comprometido a financiar la campaña por el sí a la secesión. La nobleza catalana, o parte de ella, también está financiando todo el movimiento independentista.
Dos californianos, Robert Paul Preston y Tom Reed, han decidido pasar a la acción y proponer la secesión de una parte del estado. Por ello han publicado una declaración de independencia, así como un listado de las razones por las que debería aprobarse, entre las que citan la ingobernabilidad y la degradación de sus servicios públicos. En uno de los numerosos tuits que se han escrito sobre el tema, una californiana indignada escribe: «Cogeremos nuestros aguacates y nuestra marihuana y nos iremos«. Tras la victoria de Trump, sus defensores confían en poder convocar un referéndum sobre el tema para la primavera de 2019.
Conforme a lo que ellos piensan, aunque suene parecido, Calexit es lo contrario al Brexit. Reino Unido votó por dejar la comunidad internacional con su voto del sí. Calexit supone la adhesión de California a la comunidad internacional.
Cada vez se emplea con más frecuencia “exit”, para todo: para salir de la Unión Europea, para salir de un Estado, de un País, de una autonomía, de una provincia, el caso es poner fronteras para que se pueda salir, pero no entrar. Es curioso que cuando a uno le va bien individualmente se quiere separar del resto del mundo que es un lastre, pero cuando no le va bien, quiere incorporarse a la mayoría para poder vivir un poco mejor y quiere la globalidad. ¿Pero podremos ser globales, si solo se benefician unos pocos? Imagine all the people…