El día de la Madre Tierra y la Píldora anticonceptiva
El 22 de abril se celebra el Día Mundial de la Tierra, este movimiento se celebra desde 1970, gracias al senador y activista ambiental estadounidense Gaylord Nelson. Este día se creó para tomar conciencia social en lo que concierne a la contaminación, a la conservación de la biodiversidad, la necesidad de un equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales y a la degradación de nuestro único medio de subsistencia, la tierra. La intención del día es recordar que el planeta es nuestro hogar y remarcar que, para alcanzar un equilibrio entre las necesidades económicas y ambientales de las generaciones presentes y futuras, es de suma importancia. Con estos objetivos, la comunidad internacional estableció un conjunto de leyes para la protección del medio ambiente. En nuestro país, incluso se creó el Ministerio del Medio Ambiente en 1996.
Gaylord Anton Nelson nació en Clear Lake, Wisconsin en 1916, fue un político demócrata. Su infancia no fue del todo buena, en la escuela, sus compañeros se reían de él por el doble significado de su nombre: Gay-lord. Se licenció en Filosofía y en Derecho. Fue miembro de la hermandad Pi Kappa Phi, de carácter filántropico, dedicada a conseguir una sociedad mejor. Se alistó en el Ejercitó y luchó en la Segunda Guerra Mundial durante casi cuatro años como Primer Lugarteniente en la Batalla de Okinawa. Tras su regreso a Madison, Wisconsin, Nelson se presentó como candidato demócrata pero no fue elegido. Se casó con Carrie Lee Dotson y ejerció como abogado durante doce años. Después fue elegido senador por el Estado de Wisconsin. Diez años más tarde fue gobernador nº 35 de Wisconsin; era el primer demócrata que ocuparía este puesto en 25 años. En 1962, fue elegido Senador, cargo en el que permaneció hasta 1981. Siendo Senador, estableció la Ley de Flexibilidad Regulatoria, para pequeñas empresas. A Nelson le preocupaba la estabilización de la población nacional, así como los posibles riesgos de la superpoblación para el ecosistema. Por este motivo le llamó la atención el libro escrito por la periodista Barbara Seaman, The Doctors’ Case Against the Pill («El caso de los médicos contra la píldora»), la primera píldora anticonceptiva “Enovid” que se comercializó en agosto de 1970. En el libro se detallaban los numerosos efectos secundarios de la píldora anticonceptiva, una información que los médicos conocían, pero que ocultaban a las pacientes.
Nelson quiso crear una ley del paciente al derecho de conocer las contraindicaciones de sus tratamientos y el uso de sus fármacos. Convocó para ello en el Senado varias audiencias, que fueron conocidas popularmente como las «las Comparecencias de las Píldoras de Nelson», con el motivo de poder investigar el uso de la píldora y los posibles efectos secundarios que se derivasen de ella, y que hasta ese momento las mujeres ignoraban; como la reducción de la libido, la depresión, los coágulos sanguíneos, y el posible riesgo de cáncer. En las audiencias no se solicitó a ninguna mujer que compareciera, de modo que el colectivo de la “liberación de la Mujer de D.C.” se manifestó contra esa falta de participación femenina. Gracias a estas Audiencias consiguieron que la cantidad de hormonas se redujera enormemente en los anticonceptivos orales, además de obligar a que los envases de las píldoras contuvieran por primera vez un prospecto de 100 palabras informando de los posibles efectos secundarios.
El senador y activista ambiental, promovió un movimiento con el objetivo de forzar la creación de una agencia ambiental gubernamental. Consiguió involucrar en la causa a dos mil universidades, diez mil escuelas primarias y secundarias y centenares de comunidades, manifestándose el 22 de abril de 1970. 20 millones de norteamericanos se manifestaron saliendo a la calle para defender un medio ambiente saludable. Gracias a esta manifestación se crearon una serie de leyes para aumentar la protección del medio ambiente y se consiguió concienciar a los políticos sobre la importancia de la naturaleza. Este día también tuvo como consecuencia que se creara la Agencia de Protección al Medio Ambiente de Estados Unidos, bajo la presidencia de Richard Nixon.
En 1971, el secretario general de la ONU, U Thant, firmó una proclamación para que el organismo internacional celebrase el Día de la Tierra todos los años coincidiendo con el equinoccio de primavera o vernal, momento en el que se hace sonar la Campana de la Paz en la sede central de la ONU en Nueva York.
Al año siguiente, tuvo lugar la Conferencia de Estocolmo en Suecia, considerada la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente, con el objetivo de sensibilizar a los líderes mundiales sobre la magnitud de los problemas ambientales y para conseguir que se instituyeran las políticas necesarias para erradicarlos.
En 1975 un grupo internacional de estudio reunido en Belgrado, Yugoslavia, propuso un marco de referencia mundial para la educación ambiental, llamado «la Carta de Belgrado». En la que se afirma que la meta de la educación ambiental es hacer que la población mundial se preocupe por el medio ambiente y tenga el conocimiento y la dedicación que la capacite para buscar soluciones a los problemas actuales y prevenir nuevos problemas.
Bill Clinton en 1995, le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, por su contribución al medio ambiente. Nelson murió el 3 de julio de 2005 debido a un paro cardíaco a los 89 años. El Instituto Gaylord Nelson de Estudios Medioambientales de la University of Wisconsin-Madison lleva su nombre, en reconocimiento a su amor por la naturaleza. Además, la zona Gaylord Nelson Wilderness en el Parque Nacional Apostle Islands National Lakeshore, y el Parque Estatal Governor Nelson, cerca de Waunakee, Wisconsin, también se llaman así en su honor.
Desde 1990 el día de la Tierra se celebra a nivel mundial y, participan más de 1.000 ONG’s y 180 países. El objetivo principal de este día es crear una conciencia común sobre los problemas medioambientales. En esta fecha se realizan diversas actividades, dependiendo de cada ciudad, se suelen celebrar eventos deportivos, ferias de productos y propuestas ecológicas, exposiciones de fotografías de naturaleza y del planeta Tierra, documentales, que tienen como objetivo reducir la contaminación y aumentar las energías renovables. En Haití consideran este día fiesta nacional. En Francia se formó una cadena humana, de más de un kilómetro para simbolizar a uno de los últimos ríos limpios: el Loira. En ciudades como San Francisco, Bruselas, Moscú o Marruecos la gente se viste de verde. En el Everest, un equipo internacional se reunió para retirar parte de la basura que afecta a su cima. De esta manera se pretende que los ciudadanos conozcan los conceptos sobre el cambio climático y sean conscientes de la amenaza que supone no cuidar la tierra. Y es que parece que todas las acciones de respeto y defensa del medioambiente parecen pocas. Con un calentamiento global presente, una pérdida de biodiversidad preocupante y una contaminación persistente, este planeta necesita de una atención muy especial.
Puede decirse que el Día de la Tierra es una gran fiesta que pertenece a toda la gente, sin distinción de raza o país. No está regulado por una sola entidad u organismo, ni tampoco relacionado con reivindicaciones políticas, nacionales, religiosas, ideológicas o raciales. Este año el lema de la campaña es: “Terminar con la contaminación de los plásticos”. Sin embargo, está claro que cuidar del planeta no ha de ser el gesto de un único día al año, sino el de todos los días. Nosotros podemos aportar en el día a día nuestro pequeño granito de arena: Utilizar bombillas de bajo consumo, reutilizar las bolsas de plástico, apostar por las energías renovables, aportar vida a la naturaleza plantando al menos un árbol, comer menos carne, evitar utilizar transportes que contaminen, y lo más importante de todo, evitar lanzar misiles.