El modelo de los Óscar, se apellida Fernández

Los premios a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, «The Oscars», los creó en 1927 Louis B. Mayer con el propósito de unir las cinco ramas de la industria del cine, incluyendo actores, directores, técnicos y guionistas. Él comentaba “que la mejor forma de manejar a los cineastas, era condecorándoles con un montón de medallas”.

 

Primera Ceremonia de los Óscar, 16 de Mayo de 1929

La primera ceremonia, se llevó a cabo el 16 de mayo de 1929, en el Hotel Hollywood Roosevelt, en Los Ángeles, California. Mayer propuso a la institución la creación de unos galardones anuales, divididos en doce categorías. La Junta Central de Jueces de la Academia, compuesta por siete miembros,  tras su deliberación, elegiría  a los ganadores, de las mejores películas estrenadas entre 1927 y 1928. La primera gran gala, consistió en una cena privada, a la que asistieron 270 invitados, distribuidos en 36 mesas. Las entradas costaban cinco dólares, equivalentes a 69 dólares actuales. Los actores y las actrices llegaron al hotel en coches lujosos, donde les esperaban sus admiradores. Esta ceremonia fue la única que no se transmitió ni en radio, ni televisión. El presidente de la Academia, Douglas Fairbanks, fue el anfitrión del espectáculo, y el evento tan solo duró quince minutos.

Los nominados a los premios, recibieron la notificación a través de un telegrama tres meses antes, por lo que no hubo mucho suspense en esa primera edición.  Al año siguiente se optó por nombrar a los premiados justo en el preciso momento que empezaba la gala (y se entregaba a la prensa el listado completo); sin embargo,  L.A. Times desveló y publicó antes de tiempo las nominaciones, por lo que en la ceremonia de 1941 se implantó el sistema de sobres cerrados que se utiliza hoy en día.

Emilio Fernández «el indio»

En 1927, Mayer le pidió al director artístico de la Metro Godwyn Mayer, Cedric Gibbons, que diseñara el trofeo. Gibbons realizó un boceto de la estatuilla, que el escultor George Stanley diseñó en arcilla y Sachin Smith la recreó. Según cuenta la historia, el modelo en el que se basó el autor fue en el actor mexicano Emilio Fernández, ”el indio”. Este actor… era amigo de la actriz mexicana Dolores del Río, que estaba casada en aquel momento con Cedric Gibbons, y se cuenta que sugirió a su esposo que utilizara a Fernández como modelo. «El indio», pese a resistirse a la idea, finalmente aceptó posar para su diseño. La estatuilla es un caballero armado con una espada en sus manos y que está apoyada de pie sobre un disco que, tiene grabado el símbolo de la Academia,  simulando un rollo de película y sus cinco pétalos representando a las cinco profesiones originales del mundo del cine: actores, directores, guionistas, productores y técnicos.

Óscar a Walt Disney

En sus orígenes se fabricaba de bronce macizo bañado en oro, pero poco después pasó a elaborarse con una aleación que permitía darle un acabado pulido. Entre los años 1942 y 1944, se fabricaron excepcionalmente en yeso: eran tiempos de guerra… Una vez superada la crisis, sus dueños pudieron cambiar esos premios temporales por las clásicas estatuillas doradas. Las figuras no siempre han llevado número de serie en la base. Empezaron a ser numeradas en 1949, y se tomó el nº 501 como punto de partida. Cada año se fabrican entre 50 y 60 estatuillas: las que no cumplen todos los controles de calidad son partidas y fundidas de nuevo. Se calcula que para fabricar un Óscar se necesitan a 12 personas y que se tarda unas 20 horas en elaborarla. Mide poco más de 34 centímetros y pesa unos cuatro kilos. Siempre ha mantenido el mismo diseño y ha permanecido invariable desde sus orígenes, salvo en dos ocasiones. En 1939, la Academia concedió el Óscar honorífico a Walt Disney por «Blancanieves y los Siete Enanitos»; un premio que consistió en un Óscar «normal» y siete estatuas en miniatura como guiño a su película. En 1938, el ventrílocuo Edgar Bergen recibió un premio honorífico por haber creado el muñeco «Charlie McCarthy» y, como homenaje, su Óscar se hizo en madera y con una boca articulada.

En la actualidad la entrega de los Óscar es una de las celebraciones mas famosas y glamurosas del mundo, pero no siempre se llamaron así. Al principio fue simplemente el Premio de la Academia al Mérito, tanto la prensa como la gente de la industria se refería al trofeo como: «la estatuilla de la Academia», «el trofeo dorado» o «la estatuilla al mérito». Fue en 1939 cuando se le dio el nombre actual. El motivo todavía es difuso, pero existen algunas anécdotas que ayudan a entender su origen.

Rey de Suecia Óscar II

Harmon Öscar Nelson Jr.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la biografía de Bette Davis, ella sostiene que el nombre de la estatuilla era en honor a su primer marido Harmon Öscar Nelson Jr.

Según la secretaria de Mayer, Eleanor Lilleberg, al ver la estatuilla exclamó: «cómo se parece al rey Óscar II!» (Rey de Suecia) y de este comentario, vino el apelativo de Óscar.

Margaret Herrick

La historia más conocida por todos y la que se considera cierta es que una bibliotecaria de la Academia de Cine y Artes Escénicas y más tarde directora ejecutiva, fue quien «bautizó» a la figura de los premios. Margaret Herrick comentó cuando vió la estatuilla por primera vez:  «es clavado a mi tío Óscar«. Lo que en un principio parecía un simple mote, acabó convirtiéndose en el nombre más popularizado y signo distintivo de los premios. El nombre se hizo popular ya en 1934, cuando Sidney Skolsky lo usó en su columna periodística para hablar del óscar a la mejor actriz: Katharine Hepburn. Se supone que Skolsky oyó este comentario y lo usó en uno de sus artículos: “los empleados llaman afectuosamente a su famosa estatuilla como Óscar”. Más tarde declaró que el nombre que se le daba a la estatuilla no era por el comentario que hizo Margaret, sino por un chiste muy conocido en aquellos momentos que decía: “¿Quieres un cigarro, Óscar?” La historia del periodista no es nada clara, y parece ser que Walt Disney ya usó el mismo sobrenombre en la ceremonia de 1934, es decir que habitualmente lo llamaban así dentro de la Academia, aunque no lo emplease de forma oficial hasta 1939. Tal vez la explicación más lógica y sencilla es que para abreviar el nombre tan largo, lo apodaran simplemente Óscar.

Anualmente en cada mes de febrero, se entregan los Premios Óscar. Desde sus comienzos se han otorgado más de 3.000 estatuillas a algunos de los mejores actores de cine y televisión, escritores, directores, productores y técnicos del mundo. En la industria del cine le dirán que para conseguir el galardón hay que tener talento, trabajar muy duro, estar en la película adecuada en el momento adecuado y que la suerte le sonría, todo al mismo tiempo. En cambio, algunas personas menos escrupulosas le recomendarán que, si su sueño es colocar la preciada estatuilla dorada sobre la chimenea del salón de su casa para alardear frente a sus amigos, lo mejor que puede hacer es desembolsar una gran suma de dinero y comprarla en una subasta o en el mercado negro.

Desde 1950 los ganadores de la estatuilla tienen que firmar un contrato por el que, en caso de que quieran venderla, ellos o sus herederos, deben primero ofrecérsela a la institución por el simbólico precio de 1$. Es decir, que el que quiera comprar un Óscar legalmente, tendrá que conseguir uno que haya sido entregado antes de 1950 y esos son precisamente los que escasean y los que alcanzan sumas astronómicas. Entre algunas compraventas de las que sí se conocen los detalles, destacan los 1,54$ millones, que el fallecido cantante Michael Jackson pagó en una subasta para hacerse con el Óscar a la mejor película: «Lo que el viento se llevó». El mago David Copperfield compró la estatuilla que consiguió el director Michael Curtiz por «Casablanca» por 232.000$. El Óscar que le fue entregado a Orson Welles por el guión de su clásico «Ciudadano Kane» se vendió  por unos 860.000$. Y es que los Óscar son tan codiciados entre los artistas como entre los coleccionistas cinéfilos, algunos de los cuales son capaces de casi todo, para hacerse con uno de estos premios.