Guaján, la perla del Pacífico

Fernando de Magallanes,  descubrió el canal natural navegable del Atlántico con el Pacífico, llamado hasta entonces mar del Sur, el estrecho que hoy lleva su nombre. La gran expedición, capitaneada por Juan Sebastián Elcano se convertiría en la primera circunnavegación de la Tierra. El 6 de marzo de 1521, descubrió la isla Guam, en la que fondeó para aprovisionarse de víveres y agua. Miguel López de Legazpi toma posesión de la isla en nombre del Rey de España, Carlos I y de las islas vecinas, las Islas Marianas. En lugar de conseguir pertrechos para continuar el viaje, los marineros vieron cómo los indígenas de las islas, subieron a los barcos y robaron todo lo que pudieron. Poco después, una partida de hombres armados desembarcó y atacó la población, y recuperó lo robado. Por ello, el primer nombre occidental dado a las Marianas fue el de «Islas de los Ladrones».    El nombre oficial de la isla fue Guaján, por la pronunciación de sus primeros colonizadores, originales de Chamorro, que emigraron de la Península Malaya, alrededor de 1500 AC.

Guam tiene una historia común con el resto del archipiélago micronesio. La población nativa, establecida desde hace miles de años en la isla, entre 1668 y 1695 sufrió una guerra de exterminio por parte de los colonizadores españoles, como resultado de la agresión armada y de las epidemias (los nativos no eran inmunes a las enfermedades europeas), la mayor parte de la población había huido de la isla y la población descendió de 100.000 habitantes a menos de 5.000 en 1741. La colonización efectiva de Guam empezó en el siglo XVII con la llegada de pobladores procedentes de la Nueva España, y más aún desde la llegada del misionero español Diego Luis de San Vitores en 1668, misionero jesuita que fundó la primera iglesia católica en la isla. Hasta 1898, estuvo bajo dominio español. Aquellos sobrevivientes se mestizaron con los inmigrantes españoles y filipinos y dieron origen al pueblo chamorro actual.

La isla, tuvo una importancia estratégica para España en el Pacífico, al ser el principal puerto de escala para el Galeón de Manila o Nao de China, que durante tres siglos era la ruta anual de los galeones entre Filipinas y Acapulco (México), de donde partían rumbo a la metrópoli.

El Charleston

El 20 de Junio de 1898… Aquella mañana, el capitán Duarte observaba que en la bahía, no había ninguna canoa pescando, en cambio, se dibujaban las siluetas de cuatro grandes barcos. A las 8 de la mañana, entra en el puerto un buque de guerra americano (el Charleston) y saluda al cañón, y se dirigen hacia él  para darle la bienvenida. Cuál no sería su sorpresa cuando, subiendo a bordo del navío americano, se les informó de que España estaba en guerra con Estados Unidos. Los sorprendidos prisioneros de guerra, convencieron al Capitán Glass, para que los dejara volver a tierra y avisar al gobernador. Recibido el permiso, y justo cuando volvían a su embarcación, llegó al lugar otro barco, enarbolando la bandera de Estados Unidos, era Francisco Portusach, (mercader y ballenero), le dijeron que subiera a bordo. Una vez a cubierta, se le acercó un teniente para preguntarle por qué navegaba con bandera estadounidense, y aquel le mostró sus papeles de naturalización. A pesar de haber nacido en Barcelona, se había nacionalizado en Chicago una década antes.

Francisco Portusach

El capitán Duarte les pide disculpas por no poder contestar a las salvas de saludo, dado que los cañones de los fortines del puerto, hacía más de un siglo que no se usaban, estaban muy erosionados por el salitre marino y nadie quería dispararlos por miedo a que reventasen. El americano le contestó, que aquello no eran salvas sino fuego real. Los americanos no conocían el estado de las baterías del puerto, y habían entrado disparando, por si acaso.  Después de explicarles que la guerra se había declarado el 25 de abril, cosa que ellos ignoraban, los americanos le preguntaron cuántos hombres eran. El capitán Duarte les contestó que 54. Con escasos cartuchos, sin fortificaciones en la isla; enfrente, unos 5.000 americanos; y sin posibilidad de ayuda: si no les comunicaron la declaración de guerra, ¿cómo iban a esperar ahora auxilio? Así que, le conminaron a rendirse en treinta minutos, y el gobernador no tuvo más remedio que hacerlo. Por un breve momento se les pasó la idea de hacer lo mismo que en Numancia, pero aquello hubiera sido un auténtico suicidio.  Los soldados españoles en la isla fueron detenidos y transferidos a uno de los buques de transporte. Todos fueron llevados a Manila hasta que un mes después la guerra terminó. Nadie resultó herido.

Curiosamente, antes de partir, el Capitán Glass nombró a Francisco Portusach Gobernador de la Isla. Era el único ciudadano estadounidense. Se mantuvo en el poder sólo unas semanas, hasta que fue derrocado por José Sixto, filipino, que sufriría la misma suerte, a manos de un grupo de nativos, pero sería restaurado cuando los yanquis volvieron un año después.

El almirante norteamericano F. V. Green tomó posesión de la isla y de esta manera Guam se convirtió en una base naval bajo jurisdicción del Ministerio de la Marina de Estados Unidos. El almirante ordenó estampar sobre las monedas utilizadas en ese momento en todo el territorio, las pesetas españolas de Filipinas, una marca que contenía la leyenda “F.V.G.” (iniciales del almirante), la inscripción “USA” con la fecha 1899 y el nombre GUAM, todo ello dentro de una estrella de cinco puntas. El resto de las islas Marianas fueron conservadas por España y vendidas al año siguiente a Alemania por 25 millones de pesetas, junto con las islas Carolinas y Palaos. A consecuencia de la derrota de España en la Guerra Hispano-Estadounidense, la isla fue cedida a Estados Unidos en 1898, ​ por el Tratado de París, que puso fin a la guerra, en la que España también perdió Filipinas, Cuba y Puerto Rico. Desde entonces se comenzó a usar el nombre abreviado «Guam».

Durante la Segunda Guerra Mundial, fue ocupada por las fuerzas japonesas, Estados Unidos en 1944 recuperó la isla, después de 54 días de combates. Tras el cierre de las bases en Filipinas, tanto la Armada como la Fuerza Aérea fueron trasladadas a esta isla. Con una situación estratégica en el Pacífico, las instalaciones del Ejército estadounidense situadas allí son unas de las más importantes de todo el océano.

La diminuta isla de Guam, una pequeña mancha verde de 544 kilómetros cuadrados en medio de la inmensidad azul del Pacífico, ha sido noticia de los principales medios internacionales tras convertirse en el centro de la escalada dialéctica que mantienen EEUU y Corea del Norte. El régimen de Kim Jong-un no ha elegido este poco conocido territorio al azar. La antigua ínsula de Guaján, es algo más que el almacén militar desde donde Washington vigila la costa asiática en el Pacífico.  Guam está situada a 3.400 kilómetros de Pyongyang, por lo que es la posesión norteamericana más cercana. Su posición geográfica la convierte en la punta de lanza del Ejército norteamericano, que además tiene planes para ampliar allí su presencia, trasladando efectivos desde Japón a este territorio, con la vista puesta en que la superficie militar pueda ocupar el 40% de la isla. Actualmente hay más de 6.000 efectivos destacados en ella. La amenaza de Corea del Norte pone el foco sobre esta isla.

Plaza de España en Guam

La  perla española del Pacífico,  este paraíso olvidado formó parte de España durante más de 250 años, de los que quedan numerosos vestigios sobre el terreno. De su pasado colonial quedan fuertes, puentes y hasta cañones españoles con el escudo nacional. Recorrer hoy en día las carreteras y caminos de Guam es encontrarse con un paisaje de contrastes, donde la herencia hispana, muy diezmada por los conflictos posteriores al Desastre del 98, se mezcla con la predominante cultura estadounidense y la presencia asiática, muy relevante en la isla. Además la población, como ocurre en Filipinas, conserva nombres y apellidos castellanos, así como la cultura y religión católica, pero poco más. Los idiomas oficiales son el inglés y el chamorro, que conserva numerosos términos españoles pero que, más allá de la coincidencia de algunas palabras, resulta ininteligible para un hispanoparlante. Este territorio vive principalmente del sector militar y del turismo.  Viendo sus maravillosas playas, lo único que nos inspira es un todo incluído, como destino turístico.